Blogia
El fin de los días grises

Qué rápido se van los buenos momentos

Apago el teléfono, un gesto que pocas veces repito.

Quito el sonido de la televisión, que me trae a Patricia con su Diario y su colección de personajes desalentados.

Abro esta página para encontrar en ella los posos de un concierto maravilloso.

... y qué rápido se van los buenos momentos.

Y cómo llegan instantes de nostalgia, melancolía, tristeza, y salen corriendo cuando les miras de frente. Se esconden, y entre las sombras, en su escondrijo, sonríen, con esa sonrisa maligna de quien sabe que volverá cuando quiera.

Y miro a través de la ventana, aquella que mi madre se ha esforzado en dejar tan limpia que parece que está abierta. Y no lo está, porque si así fuera el frío congelaría mis ideas.

Miro a mi alrededor, intentando reconocer dónde estoy, quién soy, qué busco y qué he perdido.

No puedo encontrar lo que no sé que ha desaparecido.

Se agolpan las caras de los que un día fueron "mi gente", y siempre vienen con caras felices, porque no consigo recordar a nadie con cara triste. Incluso si nunca rió a mi lado pienso en cómo sería ese gesto suyo desconocido.

Me alegro de estar como estoy. De tener a quienes tengo, de no tener a quienes no tengo. Tengo lo que me merezco, ni más ni menos, sea bueno, sea malo, sea todo o sea nada.

Pienso en el adiós de nuevo, en coger el coche dirección a la A4, atravesar las obras de este parque de atracciones que es Madrid, a la búsqueda de su abrazo, a la captura de su mirada... dejando atrás lo más hondo, lo más puro, lo más sano.

Me queda más de un día y ya me duele. Cada día la despedida es más y más difícil. Los planes más innombrables y las personas menos amigos.

Se fueron las ideas, se han ido las palabras a buscar otro blog en el que escribir, por hoy.

Mañana estarán aquí -eso espero- para despedir temporalmente a los lectores cotidianos. Hasta que vuelva a Madrid o hasta que vaya a casa de D.

De nuevo mi refugio me ha abierto las puertas. Qué bien me haces sentir Blogia. Qué necesidad tengo de ti.

Todo vuelve a tener sentido.

Enciendo el teléfono, un gesto que pocas veces repito.

Pongo el sonido de la televisión, que me trae a Patricia con su Diario y su colección de personajes desalentados.

Cierro esta página donde encontré los posos de un concierto maravilloso.

... y qué rápido se van los buenos momentos.

3 comentarios

Helena -

Después de lo que te dice Dani, no hay más que desearte buen viaje...

Un beso.

Dani -

Muero por hacer con las manos un lugar donde tus palabras se traduzcan en pan, donde tus reflexiones lleguen a todo el mundo y donde tus miradas se encuentren con las mías. Cuando te apetece, escribes mejor que nadie. Guardame el secreto.

Abre la ventana, que quiero ver tu rostro reflejado en el cielo...

Hasta mañana cielo.

Rocío -

Bueno, ya tienes una lectora más... Te pongo un link en mi blog...

Encantada de que nos hayamos encontrado!!!

Un beso