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El fin de los días grises

Nula solidaridad

A veces actúas lenta, movida por clichés y estupideces.

A veces no actúas, y cuando quieres hacerlo ya es tarde.

Acaba de llamar una mujer a la puerta de mi casa. Iba arreglada, ocultando en su ropa la miseria y la vergüenza que en sus palabras me ha mostrado.

La pobre me ha pedido ayuda, sin más, porque es lo que necesitaba: ayuda. Y yo se la he negado.

Por miedo, porque me ha descolocado, porque no esperaba que llamara alguien a mi puerta pidiéndome lo justo.

Y cuando se ha ido es cuando he pensado: en frío, tarde, mal. Debería haberla ayudado, con lo que fuera. Algo de comida, algo de dinero, un simple ánimo.

Pero sólo me ha salido un "no, lo siento". Ha agachado la cabeza sin decir nada, avergonzada por lo que estaba haciendo, y se ha ido a seguir buscando un alma solidaria en la puerta de al lado.

Estamos convirtiéndonos en seres absurdos, sin conciencia ni sentimientos.

Hoy me he sentido un poco peor persona :(

1 comentario

becquer99 -

Bueno, no tienes que martirizarte más de lo estrictamente necesario. Al fin y al cabo, no deja de ser una suposición, realmente no sabes cómo es la vida de esa mujer y si realmente necesitaba tanta ayuda como suponemos.

Ánimo.