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El fin de los días grises

El límite del bien y del mal

El límite del bien y del mal La frontera entre los sentimientos, entre las creencias, entre los pensamientos, está llena de confusión.
Del amor al odio hay un paso, de la alegría a la tristeza un simple gesto... y todo se derrumba o todo toma sentido para exhibir una amplia sonrisa que marque los días.
No, ni odio ni estoy triste, estoy más bien descolocada, pero lo bueno de esos sentimientos es que pueden arreglarse.
Encuentro este hueco, que me sirve para ser más yo misma, que es algo que me hace falta, que no debería olvidar nunca, que siendo uno mismo llegas más lejos que interpretando un papel, el papel que casi siempre los demás esperan de ti.
Quizás el truco sea no esperar nada de nadie, nunca, vivir siendo consciente de las limitaciones que todos tenemos. Si tú no eres capaz de hacer un esfuerzo real por otra persona, por qué esperar que lo hagan por ti? Ni es justo ni es lógico.
Pero bueno, simplemente quería intentar desahogar esta desazón extraña que tengo hoy... lo conseguiré a lo largo del día, porque el sol es ya una razón para olvidar la oscuridad, porque luego vendrán los amigos y los abrazos sinceros, y los encuentros de algún modo, virtual o real, con las personas que quieres y necesitas. Y porque la ilusión nunca debe desaparecer, nunca, aunque en ocasiones parece que se aleja un poco... en el fondo la ilusión es como una cometa, se eleva, o así lo intenta, para volver de nuevo al lugar de donde salió.
Feliz 2004, feliz ilusión, gran sonrisa!

2 comentarios

Daniel -

Te " conozco " desde hace mucho, pero debo decirte que esto es de lo más bonito que he leído tuyo.

Ilusión siempre, faltaría más ;)

Feliz año, Diana...

niña triste -

me ha gustado eso de la ilusión. al tener ilusión por añadidura tienes esperanza y visceversa. tal vez los estados de humor y de ánimo dependan solamente de la altura en la que se encuentren esos cometas no?
me ha gustado!! gracias por escribir.