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El fin de los días grises

Serias dificultades de cualquiera que pasó la curva de los 18

Serias dificultades de cualquiera que pasó la curva de los 18 Las manos heladas, Calamaro y El Salmón sonando en mi discman, un móvil que no suena, una oficina con mucho movimiento, un calendario que marca fechas y pocas en rojo... y las que están en rojo no hacen más que provocar dudas en mi cabecita loca.
El trabajo ha dejado de ser un problema, por fin me he puesto al día y he conseguido solucionar poco a poco cada problema que surgía... escucho una canción que me trae demasiados recuerdos y no son agradables. A veces creemos tener superadas fases de nuestra vida, pero en el fondo lo único que hemos hecho ha sido echar arena encima, un día el viento soplará más fuerte de lo normal y el problema, esa vieja etapa volverá, y nos dolerá, pero vamos, que es ley de vida. Los recuerdos mentirosos son así, están ahí para atacarnos de vez en cuando.
Leo la contraportada de "El País", la crítica destroza "La pasión", película de Mel Gibson. Evidentemente no ha le visto, ni creo que lo haga a corto plazo, pero se me ocurre una canción que el otro día repetía con un amigo, por eso de la gracia que nos hacía: "Manolete, si no sabes torear para qué te metes", pues eso, cada uno a lo suyo. Yo sigo con lo mío, si es que consigo saber qué es lo mío.

"Dicen que sufrir es necesario, pero yo no veo la necesidad de sufrir.
Para parar hay que empezar algún día y yo no puedo dejar de empezar.
Me gusta cuando estás, me gusta si te vas, no sé de qué manera me gustas más.
Si pudiera elegir sabría qué decir, no quiero estar solo nunca más"

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