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El fin de los días grises

Miedo, rabia, destrucción

Miedo, rabia, destrucción No paro de escuchar sirenas de ambulancias, de imaginar los lugares en los que ha ocurrido, en pensar en quienes de las personas que conozco hacen diariamente ese recorrido.
No, no hay mejores muertos que otros, ni muertos más importantes ni nada de eso. Pero hay casos en los que duele más, quizás porque lo ves tan cercano, quizás porque imaginas que esa gente sólo va a clase, al trabajo...
Me cuesta pensar con claridad, no han parado de sonar ambulancias. Cómo explicar... Atocha, Santa Eugenia, Entrevías, justo los tres puntos que rodean mi casa. Nada ha pasado cerca, sí relativamente cerca, pero es que escucho la radio, voy oyendo: 5 muertos, 10, 15, sé que cuando leas esto la cifra será ya inmensa... (de hecho ahora acabo de escuchar 30 ó 40 muertos). Y creo que desde que era pequeña nunca había llorado por algo así, había sentido rabia, pero lo que siento ahora es mucho más que eso. Me acuerdo de todos los que son capaces de salir en una manifestación porque han detenido a un etarra, me acuerdo de todas las palabras vacías de todos los políticos. Pero sobre todo pienso en todas esas familias, en la gente que ahora mismo tiene que estar desesperada buscando a su hijo, a su marido, a su hermana, pensando en si habrán cogido alguno de esos malditos trenes.
Es todo tan caótico... no pienso en trabajar, en pensar, en nada, sólo me sale odio, rabia, miedo, no quiero imaginarme las cosas que cuentan, me duele imaginar el infierno que se ha vivido, que queda por vivir...
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Esto lo escribí antes de las 9 de la mañana... en fin, creo que quedan pocas palabras que decir. Demasiada muerte, demasiada tristeza, pocas lágrimas quedan ya por llorar y sí muchos ánimos hacia todos aquellos afectados directa o indirectamente.
Gracias a los que me han "acompañado". Dejo aquí el email de una amiga... creo que resume a las claras lo que hoy ha sido, es y será, el día más triste:

"Hace horas que no hago otra cosa que llorar, mientras la cifra de muertos crece y crece. ¿qué se puede decir en un día como hoy? ¿qué se puede hacer? quizá no mucho. Todos hemos visto hoy la muerte cerca, en algunos casos más que en otros, pero a todos nos ha tocado de una forma u otra. Son ya 184 muertos y todavía pueden ser más. Son las cifras de una masacre que nos ha sobrecogido a todos porque vivimos en un Estado de Derecho donde esto no tiene cabida, o al menos eso pensabamos.
Si hay algo que nos ha llamado la atención es la manera en la que se ha producido el atentado: varias explosiones y sin avisar. Estábamos acostumbrados a un modus operandi y esto nos ha dejado petrificados. Nos ha hecho ver hasta que punto somos vulnerables, hasta que punto el dia más rutinario puede convertirse en el ultimo de tu vida.

Me siento conmocionada y muy confusa, cuanta mas informacion recibo menos entiendo. He optado por apagar la tele, dejar de escuchar la radio y no leer mas; creo que me voy a ir a dormir, a soñar que este dia nunca existio".

R.

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