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El fin de los días grises

No podría sonreir

No podría sonreir Hoy no es un buen día, ni mucho menos.
Hacía bastante que no tenía uno de esos días grises que he querido desterrar de mi vida. Pero a veces te das cuenta de que cuando no te encuentras todo lo bien que deberías es más fácil sentirte sola. Es decir, ante una sonrisa encuentras miles de respuestas, palabras de ánimo, gestos amables. Ante un rictus triste, de pena, de enfado, lo único que recibo es silencio, silencio, silencio.
Me siento sola, hoy no encuentro la mano a la que necesito aferrarme con fuerza.
Hoy quiero cerrar los ojos y dormir, y olvidar estas lágrimas que recorren mi cara.
No me sirve salir de casa, ya he estado parte de la tarde fuera de casa.
Necesito un abrazo, necesito cariño, necesito todo aquello que cada día buscamos en los demás, que nos hace ser personas dependientes emocionalmente.
Demasiado silencio en mi casa, y sin embargo huyo de la música, porque cuando me siento así no me ayuda, más bien al contrario.
Dormir, sólo eso... hoy no es un buen día, ni mucho menos. Estoy triste, me siento sola... mañana será otro día, es fácil que sea mejor.

2 comentarios

Victor Flyte -

Otro abrazo muy fuerte. Tienes razón; en días así no hay consuelo aunque siempre puedes refugiarte en algún buen libro. ¿Conoces "La aventura del tocador de señoras" de Eduardo Mendoza?

Coração Vagabundo -

Desde aquí un abrazo my cariñoso, y ese ánimo arriba!!!