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El fin de los días grises

Pequeños detalles para sonreir

Echaba de menos pasear por Madrid, aunque hayan sido apenas unos metros, mezclarme con el tumulto, pegando el sol de cara, con mi discman a cuestas, mi cara de felicidad que provoca estar enamorada, ganas de mirar de frente, de vivir mi ciudad.
Me gusta mucho Madrid. Comprendo que no todo el mundo piense lo mismo, pero soy una urbanita, y he vivido siempre en esta ciudad. Me gusta su gente, me gusta su alegría, su caos, su ruido.
Pero el coche me impide saborear estos momentos, excepto en ocasiones contadas, como la de hoy. Obligada a coger el metro y el bus he tenido que rememorar todos aquellos paseos que como el de hoy daba a diario hace dos años escasos.
Me ha gustado coger de nuevo el 63, pequeños detalles tontos que antes eran cotidianos y cansinos y hoy me han llenado de alegría... qué absurda es la felicidad, qué cerca la tenemos a veces.

3 comentarios

Victor Flyte -

Es cierto, es un placer pasear por Madrid con buen tiepo... epsecialmente por la noche. Un abrazo para ti

Coração Vagabundo -

que gusto pasear por Madrid, que placer vagabundear por esas calles sin rumbo alguno... Di escribes muchas cosas que están en mi cabeza, que bonita felicidad!

Ciclop -

Mira si la tenemos cerca que a veces nos roza y no nos damos ni cuenta... cogerla es difícil pero mantener la felicidad es un premio muy grande. Mantenla, no la dejes escapar...
Yo si que puedo darte un beso, aún no lo tengo prohibido, y solo faltaría ;)