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El fin de los días grises

Cuando el adiós es parte de tu vida...

Cuando el adiós es parte de tu vida... Un coche puede ser el mejor compañero en según qué casos, en el mío mi coche, mi Sodita :D, ha sido el mejor amigo estos tres días.
El viernes, con la maleta y un puñado de ilusiones, me subí en el coche y decidí pasar casi 5 horas en él, con la compañía de mi música y en ocasiones de mi móvil (uy, eso no está bien). Más de 500 kms, para llegar hasta Málaga, para abrazar a D., para poner una sonrisa constante y recordar aquello de que "la vida debe ser una fotografía eterna". Pocas horas, si no me equivoco desde las 7 de la tarde del viernes hasta las 12 de la mañana del sábado. Horas que pasan demasiado rápido cuando no deberían hacerlo, que se evaporan al mismo ritmo que un cigarrillo, que vuelan, como vuela ahora de nuevo mi corazón hacia el sur.
"Suerte que en el sur hayas nacido y que burlemos las distancias, suerte que es haberte conocido..." cantaba Shakira.
Un reencuentro hermoso, como pocos, una mirada que decía más que mil palabras, gestos, abrazos, sus manos. Todo se ha quedado grabado en mí, quiero mantener su recuerdo claro, quiero dejar para siempre su voz en mi cabeza, quiero mirar atrás y ver su sonrisa mientras me mira al despertar. Canciones, paseos, besos, lágrimas, y adioses. Despedirnos una vez más, y sufrir una punzada en el centro del corazón.
Mi coche me ha llevado este fin de semana a tocar a la persona que amo, a escuchar a la "muy mejor" una vez más, a ver el mar, a oler el aire de La Herradura, a saborear los platos de J., a beber un mojito con los ojos casi cerrados del cansancio, a recordar cientos de anécdotas vividas en tantos lugares. Mi coche me ha llevado sobre todo a reforzar mis sentimientos hacia esas dos personas, D. y R., cada uno de ellos imprescindible en mi vida. Ambos fundamentales y ojalá que el tiempo demuestre que también complementarios. Si os digo que os quiero no os miento, pero tampoco os digo toda la verdad. Querer es algo absurdo cuando vosotros significáis tanto. Lo intento resumir en una idea que hoy hablaba con R. en Marina del Este: vosotros hacéis que sea capaz de leer el periódico en silencio teniéndoos a mi lado... vuestros silencios son casi tan bellos como vuestras caras. No me dejéis nunca.

2 comentarios

El cura -

Recuerdo que hará más de un mes yo les di la benedicción. In il nome dil pater et filius et...

Anónimo -

Sin adios no hay hola como sin tristeza no hay alegria. Digamos que hay que experimentar ambos sentimientos a la fuerza y que en su aceptacion reside el misterio de la felicidad. En fin, el adios tambien es parte de mi vida. Lo es desde hace muchos años, asi que te entiendo perfectamente di. Ha sido genial volver a pasar un finde contigo y con nuestros silencios, tan importantes. Y ha sido genial, tambien, conocer a D. Brindemos ahora por que se repitan estos encuentros. Un beso a los dos. Os quiero un monton.