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El fin de los días grises

La Novena... seis años después

La Novena... seis años después

15 de mayo de 2002. Entre aplausos, ovaciones, alegría y entusiasmo el Madrid se coronaba por novena vez en su historia Campeón de la Copa de Europa.

No podía ser de otra forma: el patrón de Madrid, San Isidro, empujaba con fuerza a Zidane para meter uno de esos goles que pasan a la historia, por su belleza pero sobre todo por su repercusión.

Fue quizás la victoria menos brillante de la Champions (después de ganar en otras ediciones en la final a Juventus y Valencia), ante el Bayer Leverkusen alemán, en Glasgow.

Recuerdo ese día sin especial felicidad. Al contrario que en las otras dos finales no la viví con mis amigos, sino con mi hermano y los suyos. Llegamos además tarde, perdiéndonos casi el primer gol blanco. Además, ese día fui especialmente injusta con mi padre, en el día precisamente de su santo. Y aunque yo no lo sabía, eso me va a acompañar toda la vida, porque me quedaba menos de un mes para compartir junto a él.

Por eso no puedo celebrar este día, aunque debería. Porque además de ser San Isidro, fiesta en mi ciudad natal, sexto aniversario de la Novena y bla, bla, bla, sobre todo también fue el día que ví por primera vez a D.

Fue en un concierto de Bersuit, en Gruta 77, en Carabanchel, y nada hacía presagiar que todos mis pasos posteriores estuvieran acompañados por su eterna sonrisa. También ese día conocí a la inolvidable S., maravillosa persona que ocupa un lugar preferencia en mi corazón. Y estaba mi querido "hermano" A. Aquel que desde mis 3 años sigue a mi lado, de una u otra forma, recordándome quien soy.

Porque noches como la de hoy estoy un poco perdida. Cuando pasan pocos minutos de las 12, el día se ha convertido en San Isidro y yo me siento tan sola.

Seis años después de la Novena. Mis preocupaciones son otras, mi trabajo también, mi ciudad, mis amigos, mi casa, mi coche, mi novio. Todo y nada. Todo nuevo, nada se mantiene. Porque ninguno de los que estábamos entonces somos iguales, ni de lejos, a los de ahora. Por supuesto más mayores, más maduros, más apagados.

¿Recuerdas M. aquello de que ya no sonreías igual? Yo tampoco, yo de hecho sonrío mucho para mí, o para él incluso, pero no sonrío como antes, como cuando R. me dijo que tenía una sonrisa muy característica. Ya no lo es, porque no aparece mucho. La vida pasa, y el tiempo nos hace perder alegría. Y aunque a grandes rasgos soy feliz cuesta mostrar esa felicidad como cuando éramos niños. Y es que es difícil decidir liarse la manta a la cabeza y reir a carcajadas, y saltar en los charcos, y correr por las calles sólo por correr, brincar, bailar, ser feliz. A cambio ofrecemos nuestra imagen más tópica, típica y seca. Somos mayores, y yo quería seguir siendo niña.

Como cuando saltaba los escalones de mi urbanización de cuatro en cuatro, o cantaba a cada instante una canción, y corría por los jardines sólo para llegar antes... antes a qué? antes que quien?

Sí, esta noche es una noche triste. Pero mañana cuando me despierte seguirá siendo San Isidro, y pensaré en la verbena de mi ciudad, en lo bien que lo pasé algún año paseando por esos lugares tan emblemáticos del paisaje de mi Madrid. Y recordaré cómo canté el gol del gran Zizou. Y que hace cinco años se cruzó en mi vida un malagueño con un pañuelo rojo en la cabeza y una sonrisa eterna. Y cómo me enamoré de él y hasta hoy eso no cambia. Y con eso deberá ser suficiente para alegrarme de que sea 15 de mayo, aunque esté a más de 500 kms del sitio donde debería estar hoy, al menos hoy. Sin embargo todo eso será por la mañana. Esta noche toca llorar, toca rememorar, y sufrir un poquito. Porque me siento algo sola, y encima escucho una canción en la que no había reparado. Su letra me sacude, demasiado para esta noche sin estrellas.

Que cuando me vaya... de aquí
De mi tierra, de mi gente
De mi tierra, la que me vió nacer
La que me vió crecer, la que me vió ganar
Y me enseñó a perder

3 comentarios

Daniel -

Te debía una respuesta pero... como siempre estoy contigo se me pasa, jaja.

Me alegra muchísimo haberme quedado en ese bar un rato más porque verte me cambio la vida, aunque en ese momento no lo supiera.

Conocerte fue como ver por primera vez el mar o escucharte el Clandestino de una tacada sin haberlo oído antes. Vaya subidón.

Qué bien escribes jodía. Aunque eso ocurre desde hace más de un lustro. TQMG :)

becquer99 -

Es la segunda vez en demasiado poco tiempo que me emociono leyéndote. A mí me queda un poso positivo después de todo, y es que me alegro mucho de haberte podido conocer, y de compartir algunas cosas contigo, porque aunque tenemos cada uno nuestras diferencias, creo que también guardamos muchos puntos comunes (y no me refiero sólo a la afición por el fútbol). Y gracias por esta canción, de la que llevaba mucho tiempo detrás sin poder conseguirla.

Aunque no sea como antes, sonríe, porque coincido con esa persona que dijo que tienes una sonrisa muy característica, y yo no conocí tu sonrisa antes, sólo ahora.

Un abrazo muy fuerte, compañera.

Lorena -

Siempre recordamos muchisimos momentos importantes y no es malo llorar... Eres una persona admirable y tienes muchos sentimientos como todo el mundo. Lo que más admiro de ti es que eres una mujer muy fuerte ya que la vida te ha dado momentos dulces pero tambien moemntos muy amargos como x ejemplo mañana.
Poquito a poco y piensa que TU PADRE estará muy orgulloso de su niña.
Un besito muy fuerte