Perdida en mi habitación
"Perdido en mi habitación
sin saber qué hacer
se me pasa el tiempo
Perdido en mi habitación
entre un montón
de discos revueltos"
Mi habitación es un lugar especial. Hablo de la de Madrid, y pronto lo haré de la de Málaga, pero de momento me quedo con la habitación en que más horas he pasado en los últimos 25 años.
Mi habitación fue en sus inicios la habitación de mi hermano, pero un día, no sé porqué, pasó a ser la mía. La cama cambiaba, cada semana en un lugar distinto, hasta que por fin hace unos años tomó un sitio y ahí se quedó.
Entra el sol durante todo el día, algo que me ha marcado y me ha hecho necesitar un espacio luminoso para vivir, para ser yo misma. Soy Leo, y dicen que el Sol es el astro que nos rige, supongo que este es un caso más.
La primera noche que dormí en mi habitación lo hice con la luz encendida. Serían miedos infantiles supongo, o el hecho de que por primera vez dormía sola. Hasta entonces (tendría 4 ó 5 años) dormía en la cama de al lado de mi hermano. Cuando no podía dormir me daba la mano y me decía que cerrara los ojos, pensara en algo bonito y me relajara. Así aprendí a dormirme sin temor a nada. Nunca lo he hablado con él, pero me enseñó a tener -hasta el día de hoy- una facilidad pasmosa para dormir (quizás no rápidamente, pero sí profundamente).
Mi habitación ha sido mi refugio, el sitio de mi recreo, el lugar donde he soñado, he vivido, he compartido. Gran parte de mis mejores momentos han sucedido en este pequeño cubículo, escasos metros cuadrados cuyas paredes están adornadas de fotos de quienes fueron, son y pudieron ser grandes episodios de mi vida: mis amigos.
sin saber qué hacer
se me pasa el tiempo
Perdido en mi habitación
entre un montón
de discos revueltos"
Mi habitación es un lugar especial. Hablo de la de Madrid, y pronto lo haré de la de Málaga, pero de momento me quedo con la habitación en que más horas he pasado en los últimos 25 años.
Mi habitación fue en sus inicios la habitación de mi hermano, pero un día, no sé porqué, pasó a ser la mía. La cama cambiaba, cada semana en un lugar distinto, hasta que por fin hace unos años tomó un sitio y ahí se quedó.
Entra el sol durante todo el día, algo que me ha marcado y me ha hecho necesitar un espacio luminoso para vivir, para ser yo misma. Soy Leo, y dicen que el Sol es el astro que nos rige, supongo que este es un caso más.
La primera noche que dormí en mi habitación lo hice con la luz encendida. Serían miedos infantiles supongo, o el hecho de que por primera vez dormía sola. Hasta entonces (tendría 4 ó 5 años) dormía en la cama de al lado de mi hermano. Cuando no podía dormir me daba la mano y me decía que cerrara los ojos, pensara en algo bonito y me relajara. Así aprendí a dormirme sin temor a nada. Nunca lo he hablado con él, pero me enseñó a tener -hasta el día de hoy- una facilidad pasmosa para dormir (quizás no rápidamente, pero sí profundamente).
Mi habitación ha sido mi refugio, el sitio de mi recreo, el lugar donde he soñado, he vivido, he compartido. Gran parte de mis mejores momentos han sucedido en este pequeño cubículo, escasos metros cuadrados cuyas paredes están adornadas de fotos de quienes fueron, son y pudieron ser grandes episodios de mi vida: mis amigos.
1 comentario
Helena -
Besos.Adiós.