Treinta años y un día
Todas las mañanas me despierten besos!!!
Vaya días que he pasado. Llenos de cariño a raudales, de risas sin parar, de música, de bailes, de carvajales, de felicidad.
Ya se han ido. Los viajeros cargados de ilusión han regresado a Madrid y nos han dejado a la doble D con la tristeza a cuestas.
Pero ha merecido mucho, muchísimo la pena.
Quizás es cierto que cuando convives durante las 24 horas del día con las mismas personas, bajo el mismo techo, algo más de cuatro días, empieza a crearse un pequeño vínculo. Como D. me comentaba hace unos minutos, sabes hasta donde puedes llegar, entiendes sus ideas, conoces cuales son sus gustos, sus chistes... todo.
Bueno, decir además que mi treinta cumpleaños fue increible, maravilloso, inolvidable.
No paré de recibir el cariño de estas fantásticas cuatro personas, y de muchas otras que desde la lejanía pensaron en mí y se hicieron notar.
Lo cierto es que ayer me sentí tremendamente afortunada. No sé lo que habré hecho o dejado de hacer, pero me parece alucinante que tenga la suerte de tener personas tan diferentes y tan necesarias a mi lado.
No es fácil llevar casi año y medio viviendo fuera de mi ciudad y seguir sintiendo el calor de ellos. Notar que te extrañan, que te necesitan, que aunque no estés en aquellas cenas que organizábamos sin embargo tu nombre suena siempre. Es importante, es increible, es precioso, y me encanta.
Porque los amigos es algo que no puede conseguirse fácilmente. Por mucho esfuerzo que se haga se deben unir tantos factores para sentirte amigo de alguien que la labor se complica. Y no me preocupa. Porque quizás me falta alguien con quien tomarme un café cuando D. no está, pero sé que los amigos, los que están de verdad cuando se cae el cielo encima, están conmigo cada minuto, cada segundo.
Estoy feliz, soy feliz, tengo tanto, tanto...
2 comentarios
Helena -
Un beso.
m -
feliz cumpleanios, aunque no tenga `enie` en este pais, te tengo en las entranias...
Te quiero guapa!!!