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El fin de los días grises

Monday, monday

Gracias por las palabras de ánimo y comprensión que me he encontrado en el post de abajo, y en otros lugares más cercanos (vaya, en el cara a cara).

Lo cierto es que lo sucedido el jueves en mi empresa ha tornado las cosas a un punto bastante diferente. Al menos a nivel personal.

No soy nada rencorosa, pero sí sé valorar ciertas actitudes, y con ellas en la mano me presto a cambiar mi forma de ser con ciertas personas. Inevitable.

Por lo demás, se ha acabado el fin de semana. Presagiaban lluvias y tormentas, y esas sólo fueron en mi cabeza, que me ha dado un par de días de dolor absoluto. Ni ibuprofeno, ni aspirina, ni paracetamol. Sólo ayer a última hora de la tarde el dolor se borró, y pudimos dibujar un cuadro: unas horas perfectas con quien nunca me falla.

Así que aunque sólo sea por eso el finde ha merecido la pena.

Hoy también iba a llover y de nuevo brilla el sol. Ese brillo tan particular de los días fríos. Ese brillo que me recuerda a Madrid, a mis paseos en los que volvía con la cara helada y la sonrisa tonta de quien es feliz con poco.

Lissi, yo también echo mucho de menos esas charlas sobre lo divino y lo humano. El pelo ocupa demasiada cabeza, y ya son menos los que aparte de una bella melena tienen algo dentro. Al menos en mi opinión, claro. Nunca dije que lo mío fuera verdad absoluta.



2 comentarios

lissi -

Bueno Di, me alegra ver k te tomas las cosas con filosofía...no nos keda otra...así k tu se fuerte...k lo eres y al resto k le den por donde amargan los pepinos :D
Besines ,nos vemos el sabado 13 jiji k bien!!!

Raquel -

Disfruta del sol, aquí hace un frío que pela, y sobre todo disfruta de esa compañia que nunca falla.
Y bueno, sea lo que sea lo que haya pasado, piensa que el trabajo es trabajo y a todo cerdo le llega su san martín.

Lo impotante es que tu estés bien y disfrutes junto a los que te quieren. Tu no mereces menos.

Un besazo enorme para esa doble D.