In-dependencia
Una tarde-noche en cualquier terraza de cualquier ciudad.
Un grupo de amigos habla, ríe, interroga, asiente, calla. Sobre la mesa varios vasos vacíos, algunos a medias.
X. no está involucrada como siempre. Sonríe con gran esfuerzo, está pensativa, callada, tristona.
Y. no está. Tenía otros planes, su vida, sus amigos, su entretenimiento al margen de ella.
Es una historia ficticia, y sin embargo quien más y quien menos vive un caso similar de cerca.
Hay parejas que no saben estar el uno sin el otro. Que cuando la distancia se interpone, ellos en lugar de adquirir una personalidad propia se ocultan tras el recuerdo y la ausencia del amado.
Dependencia-independencia.
Hablaba el otro día con A. de lo fácil que es decir, presumir, que puedes estar perfectamente sin tu pareja, y sin embargo a la hora de la verdad, cuando nos vemos solos nos hundimos sin remedio, como un barco a la deriva.
Es fácil presumir de independencia, un bien preciado y que queda de maravilla ante el resto: sí, es que yo soy muy independiente.
Pues yo siempre he sido muy independiente, la verdad, y sin embargo a día de hoy no envidio mi antigua independencia sino que me aferro a mi dependencia. No me queda otro remedio, sin la gente a la que quiero soy menos que cero.
Un grupo de amigos habla, ríe, interroga, asiente, calla. Sobre la mesa varios vasos vacíos, algunos a medias.
X. no está involucrada como siempre. Sonríe con gran esfuerzo, está pensativa, callada, tristona.
Y. no está. Tenía otros planes, su vida, sus amigos, su entretenimiento al margen de ella.
Es una historia ficticia, y sin embargo quien más y quien menos vive un caso similar de cerca.
Hay parejas que no saben estar el uno sin el otro. Que cuando la distancia se interpone, ellos en lugar de adquirir una personalidad propia se ocultan tras el recuerdo y la ausencia del amado.
Dependencia-independencia.
Hablaba el otro día con A. de lo fácil que es decir, presumir, que puedes estar perfectamente sin tu pareja, y sin embargo a la hora de la verdad, cuando nos vemos solos nos hundimos sin remedio, como un barco a la deriva.
Es fácil presumir de independencia, un bien preciado y que queda de maravilla ante el resto: sí, es que yo soy muy independiente.
Pues yo siempre he sido muy independiente, la verdad, y sin embargo a día de hoy no envidio mi antigua independencia sino que me aferro a mi dependencia. No me queda otro remedio, sin la gente a la que quiero soy menos que cero.
3 comentarios
Toperro -
Helena -
Besos.Adiós.
jon -
Un saludo