Un grito ahogado
¿Qué es la necesidad?
Necesitamos el aire para respirar.
Y el agua para no deshidratarnos. Los alimentos. La luz del sol. El descanso diario.
En otro orden de cosas, necesitamos la familia, los amigos, las personas vaya, y el cariño que nos dan.
Necesitamos el roce, las caricias, los gestos, las palabras.
Y el movimiento, el pensamiento, los planes, el futuro.
Precisamos no olvidar el pasado, ni quienes fuimos, ni quienes somos.
Y dar pasos al futuro sujetando fuerte con nuestras manos a las personas que queremos que estén en ese viaje vital.
Necesitamos la superación, el trabajo, el dinero y el techo.
Necesitamos los pequeños caprichos, los vicios y los lujos.
Necesitamos tantas cosas materiales y sólo en ocasiones comprendemos que conseguir todo eso de nada sirve si no puedes compartirlo.
¿Qué hago en Málaga si no está él? ¿Vine aquí como superación personal o vine aquí porque no sé vivir sin D.?
Es mi necesidad, él es la necesidad más fuerte que hoy tengo.
Si despierto con ilusión cada día es porque sé que tendré su mano pase lo que pase.
Si hago esto o aquello lo realizo porque sé que al final del día tendré su voz, para calmarme, criticarme, apoyarme, ayudarme, quererme.
Y estos días no tengo nada de eso. No tengo su mano, y sobre todo no tengo su voz. Y por más que intento retenerla en mi mente, recordarla, sentirla, no suena igual. Cuando él está a mi lado su voz suena suave, tierna e implacable. Ahora su recuerdo me llega lejano, tibio, y sin la fuerza suficiente para animarme como debería.
Porque le necesito. Porque también necesito a mis verdaderos amigos, ahora y siempre. No en estos días porque esté algo más sola, sino estos días de cambio, de avance, de cruzar puentes sin retorno.
Son necesidades, difíciles de compensar con otras cosas, imposible más bien.
Hoy necesitaba pegar este grito, un grito ahogado. Gracias por escuchar mis palabras calladas.
1 comentario
Helena -
Un beso.