Blogia
El fin de los días grises

Y no me crees

Muchos días han pasado ya. Muchos. Y parece todo tan lejano.

Primero mi hermano y P., días de paseos eternos, de calor y playa, de quemaduras, de Xbox 360 y Fifa, de fútbol en la tele y comidas para engordar. De confidencias y tes, de sueños, de ideas, de planes, de amor fraterno.

Después mis amigos S. y D., comenzando por un concierto multitudinario y continuando por días, tardes y noches de Feria, de "Cortojal", de borracheras hipergraciosas, de pasta cocinada en casa, de Tintito, de mojitos y caipirinhas, de lágrimas y carcajadas, de abrazos y demostraciones de afecto continúo, de charlas melancólicas, de "premios que tocan seguro", de Perrita Cursi.

Días que coincidieron con la visita de R. y J., sorprendente por inesperada y por tremendamente divertida, con cigarritos de la felicidad incluídos y fotos de mi sobrino A.

Han sido unos días preciosos. Han sido unas personas excepcionales, que me hacen reencontrarme con la felicidad, olvidar mi pequeña gran crisis. Necesitaba algo así, para comprender que la distancia es dura pero siempre habrá alguien que te tienda la mano, o aparezca para mirarte a los ojos y decirte que estará a tu lado cuando sea.

1 comentario

Helena -

Me gusta ver que todo te va bien, que esa mini-gran crisis a desaparecido, me muero de envidia por compartir uno de esos ratitos contigo, pero no pierdo la esperanza, algún día caerá.

Un beso.