Blogia
El fin de los días grises

Lo que no ves

 

Cuando el refugio es una canción, a falta de abrazos.

Cuando las sombras acechan detrás de cada esquina.

Cuando no sabes si lo que haces es o no es correcto.

Y cada tropiezo es una mirada hacia atrás.

Y esas sombras te agarran los hombros.

Entonces tiemblas. Algo falla, pero no sabes qué es.

No hay palabras que lo expliquen, y las miradas opacas ya no transmiten más.

Tengo miedo, no sé a qué, ni a quien, tal vez a mí misma. 

Pero me asusta todo. Hay un abismo que no consigo comprender.

1 comentario

Paco -

El miedo, ese inseparable compañero...

Es curioso, pero a mí me sobrevienen fuertes etapas de un mayor miedo tras los momentos de inactividad. Después de unos días sin trabajar por ejemplo, o sin mucha relación social. Pero en realidad siempre tengo miedo. Siempre.

Un abrazo grande.