El regreso
Un nuevo lunes, después del puente llega la vuelta a la normalidad, a la rutina.
Pasamos cuatro días en Denia, sol y viento, a partes iguales, calor y frío, y por fin la primavera que ha llegado, "qué bonito es el amor, más que nunca en primavera..." que cantaba aquel.
Hoy me ha dado tiempo a recibir un NO doloroso en el trabajo, a ver cómo se iba del curro la tercera persona en tres semanas, a perder 20 euros en mi trayecto a Sol, a comer con dos buenos amigos (D. e I.), a que me invitaran a la comida -obligados también por mi ausencia de dinero repentina-, a que me trajeran mi nuevo, flamante y gratuíto móvil, a hablar horas y horas con el más especial, a ver Madrid con otros ojos, a pasar por una Atocha que convulsiona, a regresar a casa y planear semanas y fines de semana... y sólo son las 18:52 de la tarde, aún queda tiempo para mucho más. Hay días que dan mucho de sí, y más que habría dado si no llego a perder mi dinero... que mi coche necesita ya un lavado. Mañana quizás, es una posibilidad.
Pasamos cuatro días en Denia, sol y viento, a partes iguales, calor y frío, y por fin la primavera que ha llegado, "qué bonito es el amor, más que nunca en primavera..." que cantaba aquel.
Hoy me ha dado tiempo a recibir un NO doloroso en el trabajo, a ver cómo se iba del curro la tercera persona en tres semanas, a perder 20 euros en mi trayecto a Sol, a comer con dos buenos amigos (D. e I.), a que me invitaran a la comida -obligados también por mi ausencia de dinero repentina-, a que me trajeran mi nuevo, flamante y gratuíto móvil, a hablar horas y horas con el más especial, a ver Madrid con otros ojos, a pasar por una Atocha que convulsiona, a regresar a casa y planear semanas y fines de semana... y sólo son las 18:52 de la tarde, aún queda tiempo para mucho más. Hay días que dan mucho de sí, y más que habría dado si no llego a perder mi dinero... que mi coche necesita ya un lavado. Mañana quizás, es una posibilidad.
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