Cuando alguien no está, cuando te has ido
Es curioso, dejo que suene la música al azar y me sale, justo cuando voy a escribir "Felicidad", aquella canción que hicieron famosa Al Bano y Romina Power, jaja´. Sí, soy feliz, no puedo negarlo, estoy viviendo los días más felices en mucho tiempo, en mi vida más bien.
Pero no, hoy no voy a hablar de mi felicidad, no voy a hablar tampoco de la despedida de soltera de anoche. Hoy tengo algo mucho más importante que escribir, aunque reconozco que no sé cómo encararlo.
Muchas veces me da por escribir en plan críptico, muchas otras soy más directa... y hoy no sé bien cómo hacerlo. Creo que la ocasión merece que hable claro, que me deje llevar, como siempre hago, pero que tome la postura correcta: hablar de él, hablar de su ausencia, hablar de su día.
Hoy mi padre habría cumplido 61 años. Como podéis ver no es así, hablo de pasado, hablo de condicional.
Mi padre murió el 17 de junio de 2002... mal año, sin duda, ya he hablado alguna vez más de él. Y más que debería hacerlo.
Pero hoy he decidido que no me voy a poner triste, que debo seguir ese consejo de D., recordar con una sonrisa, rememorar todo con la felicidad de haber compartido momentos tan bellos. Sí, es fácil de decir y muy difícil de llevar a cabo, pero es justo lo que mi padre se merecía.
Los que hayáis pasado por esta situación sabéis lo que quiero decir. Resulta difícil escribir, poner tus sentimientos aquí, no voy a intentarlo siquiera.
Mi padre ha sido la persona que, de una forma tan incondicional, más me ha querido. Nunca pidió nada a cambio, nunca me exigió un gesto amable, una sonrisa, él los tenía para mí, incluso aunque yo fuera una desagradecida. Creo que casi todos los hijos cometemos ese "delito". Me arrepiento? Por supuesto, pero no me torturo... fui como siempre he sido, y él lo sabía, él me respetaba, y sobre todo, como decía antes, me quería por encima de todo eso. Qué sencillo parece hablar bien de una persona que ya no está.
Mi padre era un ser excepcional, claro, era mi padre, yo le veía como alguien excepcional, alguien de quien añoro detalles tan pequeños que siempre se me pasaron desapercibidos. Y hoy, como prácticamente cada día, le recuerdo y me doy cuenta de que era genial, que su forma de ser feliz éramos nosotros: mi madre, mi hermano y yo, que sólo con eso le valía la pena toda la mierda que tenía que tragar cada día. Como tantos padres, no? Pues sí, pero estoy hablando del mío, jaja, que cada uno hable del suyo si quiere.
Mi padre era maravilloso, mi padre adoraba a mi madre como el primer día, después de más de 40 años juntos, la miraba con unos ojos que daba envidia. De verdad, ojalá algún día una persona 40 años después me mirara como él hacía. Me quedo con su alianza, la misma que me dio el día que me despedí de él.
Mi padre hoy habría cumplido 61 años, mi padre hoy tendría que estar con nosotros, y al menos conmigo sigue, siempre seguirá. Te quiero papá.
Pero no, hoy no voy a hablar de mi felicidad, no voy a hablar tampoco de la despedida de soltera de anoche. Hoy tengo algo mucho más importante que escribir, aunque reconozco que no sé cómo encararlo.
Muchas veces me da por escribir en plan críptico, muchas otras soy más directa... y hoy no sé bien cómo hacerlo. Creo que la ocasión merece que hable claro, que me deje llevar, como siempre hago, pero que tome la postura correcta: hablar de él, hablar de su ausencia, hablar de su día.
Hoy mi padre habría cumplido 61 años. Como podéis ver no es así, hablo de pasado, hablo de condicional.
Mi padre murió el 17 de junio de 2002... mal año, sin duda, ya he hablado alguna vez más de él. Y más que debería hacerlo.
Pero hoy he decidido que no me voy a poner triste, que debo seguir ese consejo de D., recordar con una sonrisa, rememorar todo con la felicidad de haber compartido momentos tan bellos. Sí, es fácil de decir y muy difícil de llevar a cabo, pero es justo lo que mi padre se merecía.
Los que hayáis pasado por esta situación sabéis lo que quiero decir. Resulta difícil escribir, poner tus sentimientos aquí, no voy a intentarlo siquiera.
Mi padre ha sido la persona que, de una forma tan incondicional, más me ha querido. Nunca pidió nada a cambio, nunca me exigió un gesto amable, una sonrisa, él los tenía para mí, incluso aunque yo fuera una desagradecida. Creo que casi todos los hijos cometemos ese "delito". Me arrepiento? Por supuesto, pero no me torturo... fui como siempre he sido, y él lo sabía, él me respetaba, y sobre todo, como decía antes, me quería por encima de todo eso. Qué sencillo parece hablar bien de una persona que ya no está.
Mi padre era un ser excepcional, claro, era mi padre, yo le veía como alguien excepcional, alguien de quien añoro detalles tan pequeños que siempre se me pasaron desapercibidos. Y hoy, como prácticamente cada día, le recuerdo y me doy cuenta de que era genial, que su forma de ser feliz éramos nosotros: mi madre, mi hermano y yo, que sólo con eso le valía la pena toda la mierda que tenía que tragar cada día. Como tantos padres, no? Pues sí, pero estoy hablando del mío, jaja, que cada uno hable del suyo si quiere.
Mi padre era maravilloso, mi padre adoraba a mi madre como el primer día, después de más de 40 años juntos, la miraba con unos ojos que daba envidia. De verdad, ojalá algún día una persona 40 años después me mirara como él hacía. Me quedo con su alianza, la misma que me dio el día que me despedí de él.
Mi padre hoy habría cumplido 61 años, mi padre hoy tendría que estar con nosotros, y al menos conmigo sigue, siempre seguirá. Te quiero papá.
3 comentarios
Daniel -
Y no soy yo, que estoy desgraciadamente muy lejos de tus brazos, sino esa persona al que se le iluminan los ojos de ver a su hija luchando en todos los frentes, consiguiendo lo que se propone y recordandole como él se merece.
Está orgulloso de tí.¿Cómo no estarlo?
Un besazo Di, sonríe por favor.
larah -
Miguelito -