Amo la radio
Hablo con D. que viaja a Valencia para asistir a un partido de baloncesto, a trabajar más bien, a estrenarse en ese mundo tan fascinante de la radio. Y me gusta sentir sus temores, porque me recuerdan a aquello que yo sentí cuando comenzaba, y sobre todo me ha hecho pensar en cada momento mágico que he vivido haciendo radio.
Siempre escuché que la radio engancha, que quien empieza a hacerla no puede dejarla nunca. Y es cierto, empecé hace más de seis años, y me costaría mucho abandonarla. Tuve una pausa de unos meses, y de verdad que lo pasé mal, que necesitaba sentir esa sensación del subidón de adrenalina cuando te enfrentas con un micrófono, o cuando encaras a un protagonista para entrevistarle en directo o cuando cuentas el final de un partido de baloncesto, los últimos 5 segundos jugándose todo. Jaja, es maravilloso, adoro esa sensación, ese subidón que luego te deja en un estado de reposo y de trabajo bien hecho increible.
Cuando de pequeña me decía que quería trabajar en el periodismo (fue una vocación infantil) siempre me imaginaba, no sé porqué, escribiendo en un periódico, y sin embargo mientras tanto cogía mi grabadora cutre y hacía programas de todo tipo, mientras mis padres me espiaban detrás de la puerta de mi habitación. Pero yo me abstraía, pensaba que estaba sola, me creía mi mundo ficticio, no dudaba de que las cosas de que hablaba eran ciertas.
La pena es que esas cintas nunca las conservé, me encantaría escuchar ahora las historias de amor que me inventaba entre cantantes y toreros, los partidos de futbol que contaba entre el Elche y el Badajoz, las canciones de Hombres G que presentaba en mi "programa de música"...
Años después hice realidad todo eso, pasito a pasito siento que he hecho casi todo lo que soñaba en una radio. Me gustaría no abandonar nunca este mundo, por el momento me mantengo en la brecha, aunque sólo sea los fines de semana, suficiente para sentirme realizada, para disfrutar, aunque apenas me escuche nadie, mi madre en ocasiones, mi hermano si se acuerda y últimamente D., gracias porque eso me da muchos ánimos: hay que seguir soñando.
Suerte hoy!!!
Siempre escuché que la radio engancha, que quien empieza a hacerla no puede dejarla nunca. Y es cierto, empecé hace más de seis años, y me costaría mucho abandonarla. Tuve una pausa de unos meses, y de verdad que lo pasé mal, que necesitaba sentir esa sensación del subidón de adrenalina cuando te enfrentas con un micrófono, o cuando encaras a un protagonista para entrevistarle en directo o cuando cuentas el final de un partido de baloncesto, los últimos 5 segundos jugándose todo. Jaja, es maravilloso, adoro esa sensación, ese subidón que luego te deja en un estado de reposo y de trabajo bien hecho increible.
Cuando de pequeña me decía que quería trabajar en el periodismo (fue una vocación infantil) siempre me imaginaba, no sé porqué, escribiendo en un periódico, y sin embargo mientras tanto cogía mi grabadora cutre y hacía programas de todo tipo, mientras mis padres me espiaban detrás de la puerta de mi habitación. Pero yo me abstraía, pensaba que estaba sola, me creía mi mundo ficticio, no dudaba de que las cosas de que hablaba eran ciertas.
La pena es que esas cintas nunca las conservé, me encantaría escuchar ahora las historias de amor que me inventaba entre cantantes y toreros, los partidos de futbol que contaba entre el Elche y el Badajoz, las canciones de Hombres G que presentaba en mi "programa de música"...
Años después hice realidad todo eso, pasito a pasito siento que he hecho casi todo lo que soñaba en una radio. Me gustaría no abandonar nunca este mundo, por el momento me mantengo en la brecha, aunque sólo sea los fines de semana, suficiente para sentirme realizada, para disfrutar, aunque apenas me escuche nadie, mi madre en ocasiones, mi hermano si se acuerda y últimamente D., gracias porque eso me da muchos ánimos: hay que seguir soñando.
Suerte hoy!!!
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Victor Flyte -