Por respirar, por confiar de nuevo y volver a creer
Leyendo los comentarios sobre la entrada anterior de los amigos y los adioses me doy cuenta de que debería confiar más en la gente. Es decir, pasan los años y una cada día es más desconfiada respecto al resto, más temerosa ante las buenas acciones, antes los gestos altruístas. Un día llegué a la conclusión de que sólo dos personas me han querido de manera incondicional: mis padres. Pensaba que al resto de personas tienes que darles al menos lo mismo que ellos te ofrecen, sino no existe esa interacción que te hace sentir bien, sino un sufrimiento absurdo.
Pero de verdad, leo vuestros comentarios, leo vuestros blogs, conozco a determinadas personas y me voy ilusionando de nuevo, como si tuviera 3 años y empezara a descubrir el mundo. En este redescubrimiento me encuentro con gente tolerante, pacífica, altruísta, amorosa, cariñosa, embriagadora con su sonrisa. Y confío, quiero confiar, en que aún hay tantas personas que merecen la pena. Que pueden pasar los años, que puedes tener desengaños dolorosos pero siempre hay que volver a confiar, creer en quienes te rodean y sobre todo creer en aquellos que aún no han aterrizado en tu vida, porque serán esos los que te volverán a hacer ilusionarte... y sin ilusión no somos nada.
Yo vivo al día, quiero hacerlo, pero lo cierto es que vivo con un objetivo entre ceja y ceja, el más presente es que llegue el jueves, y ya no queda nada: Málaga va a ser mía, D. prepárate porque se acercan los mejores días de tu nueva vida.
Ah, la lluvia no abandona Madrid, el invierno y el otoño han pedido una prórroga y quieren quedarse aún un tiempo más. Como las cosas son así, qué os parece si les hacemos una fiesta de "rebienvenida"? Quizás así se sientan culpables y decidan irse para no volver hasta dentro de un par de estaciones al menos... os quiero, en serio, pero estaba esperando la visita de la Prima Vera ;)
Pero de verdad, leo vuestros comentarios, leo vuestros blogs, conozco a determinadas personas y me voy ilusionando de nuevo, como si tuviera 3 años y empezara a descubrir el mundo. En este redescubrimiento me encuentro con gente tolerante, pacífica, altruísta, amorosa, cariñosa, embriagadora con su sonrisa. Y confío, quiero confiar, en que aún hay tantas personas que merecen la pena. Que pueden pasar los años, que puedes tener desengaños dolorosos pero siempre hay que volver a confiar, creer en quienes te rodean y sobre todo creer en aquellos que aún no han aterrizado en tu vida, porque serán esos los que te volverán a hacer ilusionarte... y sin ilusión no somos nada.
Yo vivo al día, quiero hacerlo, pero lo cierto es que vivo con un objetivo entre ceja y ceja, el más presente es que llegue el jueves, y ya no queda nada: Málaga va a ser mía, D. prepárate porque se acercan los mejores días de tu nueva vida.
Ah, la lluvia no abandona Madrid, el invierno y el otoño han pedido una prórroga y quieren quedarse aún un tiempo más. Como las cosas son así, qué os parece si les hacemos una fiesta de "rebienvenida"? Quizás así se sientan culpables y decidan irse para no volver hasta dentro de un par de estaciones al menos... os quiero, en serio, pero estaba esperando la visita de la Prima Vera ;)
2 comentarios
Coração Vagabundo -
Victor Flyte -
¿Confiar en la gente? Creo que vale la pena a pesar de los pesares. A mí me sucede al revés: cada vez confío más en los demás y desconfío más de mí mismo; así me va; pero en fin...