Con la garganta rota
Definitivamente lo confirmo, no necesito que vosotros lo penséis y os dé miedo decirlo: estoy loca.
Tengo la garganta destrozada, y yo me pregunto: ¿puede una persona en sus cabales acabar con la voz destrozada después de un concierto como el de ayer? Pues sí, sí puede.
Os cuento. 19:30, llegan mis amigos a la boca de metro de Ventas, donde les espero. Un calor increible, miles de personas esperando una cola para entrar, nosotros hacemos uso de nuestro "estupendo" pase VIP. Entramos, después de que nos llenen de publicidad y pulseritas "de enfermos", perfectas para poder consumir durante toda la noche.
Una vez dentro conseguimos un sitio, Las Ventas estaban hasta arriba, ¿unas 15.000 personas? Una auténtica locura. Con nuestras cervezas y demás bebidas refrescantes :D, nos sentamos y con calma nos preparamos para la primera actuación, la de Deluxe. Perfectos. A mí me encantaron, aunque pagaron la novatada de ser el primer grupo, con lo que ello supone de sonido deficiente y público a su bola. Eso sí el "Que no" fue algo inmenso, momento que aproveché para hacer la llamada que necesitaba y sin escuchar nada saber que la otra persona oiría cantar aquello de "No intentes hacerme cambiar, no me pidas ese favor, siento decirte que no, que no, que no, que no, siento decir que noooooo".
Después de eso vino Coti. Me gustó, bueno, no tengo criterio con él, a mí Coti me encanta.
Pero sin embargo la "rotura de gargantas" llegó con Álex Ubago. Os lo recuerdo otra vez: estoy loca. Vaya, yo y mis amigas, E. y A. La otra E. estaba más tranquila, primero porque odia ese tipo de música y segundo porque estaba su jefa pululando por ahí y eso corta el rollo a cualquiera. Mientras tanto D. nos miraba asustado, como si no nos conociera y nosotras cantábamos aquello de:
"Me muero por conocerte
saber que es lo que piensas,
abrir todas tus puertas,
y vencer esas tormentas que nos quieran abatir,
centrar en tus ojos mi mirada,
cantar contigo al alba,
besarnos hasta desgastarnos nuestros labios,
y ver en tu rostro cada día crecer esa semilla,
que al soñar dejar todo surgir,
aparcando el miedo a sufrir".
Jaja, increible, os lo prometo, parecía que nos iba la vida en esa canción, la gente de alrededor nos miraba sorprendida, pero ¿y lo bien que lo pasamos? Sin duda el momento de la noche.
Después llegaron The Rasmus que no estuvieron nada mal y que nos dieron una victoria moral y una pizza gratis para E. y para mí, cosas de las apuestas. Y para finalizar La Oreja de Van Gogh, a los que no nos quedamos a ver del todo, con lo cual me perdí la canción más cursi de la historia de la música, esa que yo llamo "Carita empapada" y que dice una de las frases más olvidables: "A nadie le he vuelto a decir que tenemos el récord del mundo en querernos".
Concluyendo, la noche fue genial, risas y más risas, gargantas rotas, calor y euforia. Estuvo bien nuestro segundo concierto del MTV Day. 2 años, 2 éxitos personales... que siga así.
Tengo la garganta destrozada, y yo me pregunto: ¿puede una persona en sus cabales acabar con la voz destrozada después de un concierto como el de ayer? Pues sí, sí puede.
Os cuento. 19:30, llegan mis amigos a la boca de metro de Ventas, donde les espero. Un calor increible, miles de personas esperando una cola para entrar, nosotros hacemos uso de nuestro "estupendo" pase VIP. Entramos, después de que nos llenen de publicidad y pulseritas "de enfermos", perfectas para poder consumir durante toda la noche.
Una vez dentro conseguimos un sitio, Las Ventas estaban hasta arriba, ¿unas 15.000 personas? Una auténtica locura. Con nuestras cervezas y demás bebidas refrescantes :D, nos sentamos y con calma nos preparamos para la primera actuación, la de Deluxe. Perfectos. A mí me encantaron, aunque pagaron la novatada de ser el primer grupo, con lo que ello supone de sonido deficiente y público a su bola. Eso sí el "Que no" fue algo inmenso, momento que aproveché para hacer la llamada que necesitaba y sin escuchar nada saber que la otra persona oiría cantar aquello de "No intentes hacerme cambiar, no me pidas ese favor, siento decirte que no, que no, que no, que no, siento decir que noooooo".
Después de eso vino Coti. Me gustó, bueno, no tengo criterio con él, a mí Coti me encanta.
Pero sin embargo la "rotura de gargantas" llegó con Álex Ubago. Os lo recuerdo otra vez: estoy loca. Vaya, yo y mis amigas, E. y A. La otra E. estaba más tranquila, primero porque odia ese tipo de música y segundo porque estaba su jefa pululando por ahí y eso corta el rollo a cualquiera. Mientras tanto D. nos miraba asustado, como si no nos conociera y nosotras cantábamos aquello de:
"Me muero por conocerte
saber que es lo que piensas,
abrir todas tus puertas,
y vencer esas tormentas que nos quieran abatir,
centrar en tus ojos mi mirada,
cantar contigo al alba,
besarnos hasta desgastarnos nuestros labios,
y ver en tu rostro cada día crecer esa semilla,
que al soñar dejar todo surgir,
aparcando el miedo a sufrir".
Jaja, increible, os lo prometo, parecía que nos iba la vida en esa canción, la gente de alrededor nos miraba sorprendida, pero ¿y lo bien que lo pasamos? Sin duda el momento de la noche.
Después llegaron The Rasmus que no estuvieron nada mal y que nos dieron una victoria moral y una pizza gratis para E. y para mí, cosas de las apuestas. Y para finalizar La Oreja de Van Gogh, a los que no nos quedamos a ver del todo, con lo cual me perdí la canción más cursi de la historia de la música, esa que yo llamo "Carita empapada" y que dice una de las frases más olvidables: "A nadie le he vuelto a decir que tenemos el récord del mundo en querernos".
Concluyendo, la noche fue genial, risas y más risas, gargantas rotas, calor y euforia. Estuvo bien nuestro segundo concierto del MTV Day. 2 años, 2 éxitos personales... que siga así.
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