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El fin de los días grises

La vuelta al cole

La vuelta al cole Llamemos cole a ese sitio al que habitualmente acudimos cada mañana (o cada tarde, o cada noche, depende de los turnos) a pasar horas, con gente que no es de la familia pero que mejor que lo fueran, sobre todo si hay buen rollo.
No he preparado un estuche lleno de lápices de colores, ni he amontonado cada uno de los cuadernos comprados con nervios e ilusión, ni siquiera he sacado punta a los lapiceros ni probado los bolígrafos. Me falta esa emoción por encontrar nuevos compañeros y reencontrar a los del curso pasado. Todo eso no existe en mi "vuelta al cole".
La madurez, la desilusión, enfermedades del adulto, triste herencia de los veintitantos, un castigo que llega y que deberíamos enterrar.
Y eso voy a hacer. Me he puesto la sonrisa buena, la de niña feliz, he cogido la mochila, con mi discman, he ido a arreglar unos papeles (como siempre –la burocracia es así– no lo he conseguido), con mi hermano en la moto he llegado a la puerta que abandoné un 30 de julio feliz y he cogido aire. "Diana, te vas a comer el mundo". Y ahora quiero conseguir que esa frase sea mi mantra para este inicio de curso, como hace tiempo otra ("Tolerancia, paciencia, buen rollo") me acompañó a un camino de rosas. Tengo motivos para mejorar, tengo razones y creo tener condiciones, ni el compañero más trepa puede hacer que me venga abajo.
A tod@s l@s "Dianas" que hoy habéis vuelto a trabajar después de unas maravillosas vacaciones: ¡VAMOS A COMERNOS EL MUNDO!
Bienvenidos de nuevo a todos, no me dejéis sola en esta nueva aventura, ¿vale? Me gustará veros por mi pequeño rincón de nubes y claros durante todo este año (ya veis, sigo contando los años a partir de septiembre). Besosssssssssss

1 comentario

Dani -

El mundo es tuyo, te lo dije un día y te lo vuelvo a repetir, cielo.

Al son del horrible "volver a empezar" del anuncio del Corte Inglés, me temo que todos tenemos que regresar a nuestros apuntes, trabajos o faenas diarias. En fín, ya hemos visto a Aznar en bañador en Oropesa...nada puede haber peor.

Suerte en el regreso y mil besos, linda :)