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El fin de los días grises

La luz en mi ventana

Aunque pueda resultar extraño me encuentro escribiendo desde mi portátil, dentro del coche. Sí, resulta que justo debajo de casa de D. puedo conectarme (cosas del WiFi).
Así que he decidido pasarme por aquí a dejaros un saludo.
No me voy a extender demasiado, tengo hambre y mi estómago manda.
El día es precioso. Luce ese sol que me dijeron que tenía Málaga, hace calorcito, se está de maravilla en la calle. Quizás por eso me resisto a ir a casa, aunque debería, que debo recoger la ropa lavada, limpiar la casa y demás.
La semana que viene vuelvo a Madrid. Sí, mi madre regresa por fin de Argentina y yo quiero aprovechar para ver a mi hermano y mis amigos.
Luego es probable que en Semana Santa nos pasemos por Cáceres, haciendo por fin efectiva una invitación cursada hace mucho tiempo.
Tengo ganas de regresar a casa, de saber qué se siente cuando se vuelve de esta forma. Es decir, ya no regreso de un viaje, no, vuelvo a la que ha sido mi casa desde mi nueva casa, es extraño.
Pero me apetece. Los días aquí están siendo maravillosos, y eso que apenas he hecho nada diferente, pero estoy con él, y eso es lo más bonito que le puedo pedir a los días grises: que se vayan y me dejen en su dulce compañía.

5 comentarios

Toperro -

Enhorabuena sigue disfrutando y supongo q la vuelta de tu madre será muy emotiva :) Si vas a Cáceres cuidarme a mi prometida pal 2008 y darle un besazo de mi parte. Un beso y un abrazo para Dani :)

Helena -

Niña...pero qué buena vida llevas...jaja...me alegro de que todo os vaya tan bien.
Besos.Adios.

Carolina -

Qué es eso de es probable¿? :P

nastrud -

:)

Me alegro por los dos.