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El fin de los días grises

El tren de la vida

Una sabe cuando las cosas han empezado a cambiar. Quizás no el momento, pero sí sabe que ya no son como eran antes.

Una temía ese momento toda la vida, pero no sabía que llegaría. Temes también al hombre del saco, pero nunca llega. Temes a muchas cosas y nunca suceden.

Siempre temí que me acabaría distanciando. Nunca pensé que realmente eso llegaría a ocurrir. Quizás en lo más hondo de mi corazón y de mi mente pensaba en ello como si ese fuera el antídoto perfecto para evitarlo.

Pero lo noté, sentí que mis palabras ya no importaban como antes, y que cada cosa que decía era recibida con un leve asentimiento de la cabeza, mientras las ideas de ese interlocutor viajaban hacia otro lado. Y dolió, pero me conformaba pensando una vez más que son etapas. Que con las personas que más queremos también tenemos nuestros momentos, unos mejores y a veces unos peores (y dentro de esos peores también momentos malos).

No es el caso, no es un momento malo. Sólo tengo miedo. Miedo a que se haya roto la cuerda, y que finalmente las circunstancias nos hayan separado en la vida.

No es por ti, no es por mí, está escrito para ti, y también para ti.

Alguien se empeñó en meter nuestras vidas en una vía de tren. Una vía circular. Con distintas estaciones. La recorremos de principio a fin varias veces. Unos más rápido, otros más despacio, con parsimonia. Pero al concluir nuestras vidas casi todos habremos pasado por las mismas. El inicio de una amistad, el amor, los estudios, el trabajo, la familia, las despedidas, las rupturas, los adioses definitivos, los nuevos componentes de la familia. Poned las estaciones que queráis. Me apuesto lo que sea a que al final todos pasaremos por ellas.

Yo estoy en la Estación del Miedo, pero la siguiente que viene es la Estación Esperanza, donde me esperan de nuevo sus brazos (los de él, los de ella, los vuestros, los de aquellos) para reconfortarme y llevarme a mejor destino… a seguir dando vueltas en este tren de la vida.

1 comentario

Helena -

Aquí te espero, estación Esperanza...
Besos.Adiós.