Tiempo para seguir
Estaría bien que me gustara el café, para poder sentarme frente al ordenador, con la ventana abierta, el atardecer entrando por ella, la brisa rozándome el rostro. Dar pequeños sorbos, mirando al vacío, mientras doy caladas a un cigarro que no hace más que humear.
Para eso también estaría bien que me gustara fumar, esconderme tras ese gesto que evita que los tímidos miremos al suelo cuando tenemos enfrente unos ojos que nos imponen.
Estaría muy bien que supiera pintar o hacer música. Así mi tiempo libre lo ocuparía en la creación.
Pero no me gusta nada de eso. Soy muy simple.
Me gusta el deporte, me encanta emocionarme con las pequeñas victorias, con las grandes derrotas, con los medianos empates.
Me fascina la televisión, esa conjunción de imagen y sonido perfecta, esas historias malas, aburridas, somníferos para el insomne, diván para el preocupado.
Me moría por la música, por escuchar una y otra vez una canción que me pusiera el vello de punta.
Soy simple, y esa simplicidad me arrastra.
Me gusta la gente, me gusta mi gente, me gustan mis sentimientos y mis ideas. Me angustia que los demás esperen de mí más de lo que quiero y voy a dar. Me asusta el mañana sin ellos, el pasado errado, el presente sin futuro.
Me llena la melancolía, me invade la nostalgia y me maravilla mi vida, la vida en general.
Odio llorar por quien nunca ve tus lágrimas, por quien sólo te recuerda en una fecha.
Me entristece haber perdido la dirección y el teléfono de una de las personas que más me enseñaron a sentir. Quizás la vida nos dé una oportunidad en otro momento, y nos reencontremos. Pero de momento, iré a su ciudad por fin, 11 años después de prometerlo y no tendré dónde llamar ni buscarle.
Así soy yo. Incongruente, inconstante, indecisa, incoherente, inútil. Pero soy feliz, y quien tiene que saberlo lo sabe, quien tiene que perseguirme me persigue, y quien tiene que estar en mi vida estará siempre.
Quizás no escriba nada antes de irme, por si acaso aviso. Del 1 al 15 de octubre por fin estoy de vacaciones, y entre el 3 y el 9 Amsterdam, Bruselas y París nos esperan. Qué ganas de ver a T. por fin, y así cumplir otra promesa que ya duraba 7 años. Siete, qué número tan especial.
También volveré a mi ciudad. Madrid, cómo echo de menos ese caos que me enamora.
Estaría bien beber ahora un café y dar una calada a un cigarro, expulsar el humo, cerrar los ojos, sentir la música y saborear la bebida.
Pero no estoy bebiendo café, ni fumando un cigarro, ni entra el sol por mi ventana. Entra frío, la noche me acompaña, la sed me persigue y mi boca sabe bien.
Tiempo para seguir
5 comentarios
Esquitin -
SKATE46 -
GRACIAS!
Un abrazo y hasta pronto.
M -
M -
Yo tengo ganas de escapar, de salir corriendo (como me gusta mucho decir a mi), salir corriendo y decir lo que decía Ana en "los amantes del círculo polar" mientras corrían sin rumbo: "¡NO!, y cuando yo digo que NO, es que NO...".
Disfruta de esas vacaciones, inmensas!!!... lo que me gusta a mi Amsterdam!!!!...y si puedes pasate por Praga, ves al niño, que se nos ha hecho ya un hombre!!!.
TE quiero guapa
Helena -
Disfruta de tus vacaciones, bien pero qué muy bien merecidas...
Besos. Adiós.