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El fin de los días grises

Oviedo

Oviedo

En dos días me voy a Oviedo. Y me voy a la boda de una amiga muy especial.

Una de esas personas que normalmente tendría que haber pasado por mi vida como una más de las que conoces cuando veraneas.

Pero será porque mis veraneos no han sido convencionales -ni por el lugar, ni por la gente, ni por mí misma- que puedo decir con la voz bien alta y segura de todo que tengo dos amigas increibles de esos tiempos.

Y si el año pasado en Valencia se casaba N. (o E., depende de cada uno), este año se me casa P.

Es un momento de alegría, porque viajo a una ciudad que me entusiasma y en la que tengo recuerdos imborrables, me reencuentro con esas dos personas tan importantes, presento a D. por fin (P. no le conoce!!!), y es una escapada, un final de trayecto. Se acaban los exámenes, vuelven las vacaciones!!!

Me gusta tener la suerte, inmensa suerte, de poder tener a estas dos personas a mi lado, y de formar parte del que puede ser el día más bonito en la vida de P. Enhorabuena y gracias, gracias y enhorabuena. Que las cosas no cambien nunca, que cada año soñemos con ese breve y efímero abrazo en Denia, en nuestro pequeño paraíso al que tanto debemos.

Sólo dos días, nada más.

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