Una partida de Trivial
"Qué aburrida esta tarde
tan gris no apetece salir,
llueve ahí fuera.
El verano pasó como un rayo de luz
montado en bicicleta.
Hoy no hay nada que hacer,
que escuchar, ni que ver,
una tarde cualquiera.
El otoño llegó con su alfombra marrón
tendida en las aceras,
y el teléfono suena por fin.
Dos amigos y un plan para mí,
y además una amiga que quiere también venir.
Una partida de Risk, un >Trivial, un Parchís, conquistaré tu país,
montones de preguntas sobre ti,
mezclar tus fichas con las mías,
bajo la mesa tramposas tus caricias.
Y aquella tarde tan gris
se llenó de color nos hicimos amigos
y el invierno pasamos pidiendo:
objetivos, estrategia, respuesta y quesitos.
Después llegaron las citas,
los parques, los cines, quedar como amigos,
y en primavera lancé mis dados, salieron seises
y nos besamos.
Y ahora en tardes así nos juntamos los cuatro,
llamamos a amigos recién separados
y en un periquete les vemos casados"
No, no es una tarde gris. Sin embargo hoy he tenido un día de esos que me han recordado a nuestras antiguas partidas de Risk, Monopoly y Trivial, aderezadas de charlas y calor.
Hoy han venido unos compañeros de trabajo a casa para una comida organizada con meses de antelación, y que aun así ha presentado importantes bajas, y es que comprometerse a quedar y luego no venir está a la orden del día.
Hemos mezclado comidas variadas, con helado de kinder de la mejor (Inma) y una eterna partida de Trivial, que he ganado, aunque creo que con cierta permisividad del visitante, debido a mi condición de anfitriona de la "I quedada de currantes 4408".
Ha sido divertido, muy apta para la repetición, y sobre todo muy natural. Y eso en los días que vivimos se agradece sobremanera.
No quiero amigos íntimos, quiero gente con la que poder conversar, sin más, con la que poder reir, que ya es mucho. Y hoy he tenido una perfecta ración de ello.
1 comentario
Raquel -
Poco a poco irás haciendote un sitio por allí, en cuanto a gente me refiero, porque todo lo demás ya lo tienes.
Un besazo enorme