Enemigos íntimos
Cuantas veces os ha pasado que justo cuando más necesitas el ordenador, el teléfono, la televisión, el coche, se ha estropeado?
Es algo tan habitual que no deberíamos ni enfadarnos, pero vaya, la rabia nos ataca en ese momento, y parece que justo ese instante, justo ese día necesitabas el teléfono como nunca, o necesitabas tener conexión a internet porque te iban a mandar aquel email que nunca llega. Justo ese día en la tele iban a echar la película que llevas años esperando, la final del concurso que llevas meses siguiendo o la final de la Champions que tu equipo nunca jugó...
La luz se va en el momento más inoportuno, aquel día que no tienes nada que leer, ni ganas de dormir, ni plan a la vista.
Sin duda son nuestros enemigos íntimos, elementos cotidianos que cuando nos fallan parecían más imprescindibles de lo que nunca creíste... en el fondo son como las personas, no?
Es algo tan habitual que no deberíamos ni enfadarnos, pero vaya, la rabia nos ataca en ese momento, y parece que justo ese instante, justo ese día necesitabas el teléfono como nunca, o necesitabas tener conexión a internet porque te iban a mandar aquel email que nunca llega. Justo ese día en la tele iban a echar la película que llevas años esperando, la final del concurso que llevas meses siguiendo o la final de la Champions que tu equipo nunca jugó...
La luz se va en el momento más inoportuno, aquel día que no tienes nada que leer, ni ganas de dormir, ni plan a la vista.
Sin duda son nuestros enemigos íntimos, elementos cotidianos que cuando nos fallan parecían más imprescindibles de lo que nunca creíste... en el fondo son como las personas, no?
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