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El fin de los días grises

Enfado

Enfado

Esperaba más éxito en el post de los presidentes del Gobierno y la letra "zeta", pero supongo que habrá muchos que habrán pasado de leerlo, porque creerán que tenía connotaciones políticas, y luego están los que directamente nunca responden. En fin, a otra cosa mariposa.

No está siendo el mejor fin de semana en cuanto a "resultados". Estos, como tal, bastante malos: derrota de Unicaja, enésima derrota de los malagueños; y derrota del Málaga, dolorosísima, porque nos entra un miedo importante.

Además, se suponía una gran jornada ayer, con aquello de la Noche en Blanco. Decepción total. Sí, porque habíamos tenido la inmensa suerte de vivirla en París (bueno, casi, porque mi maltrecho pie nos impidió disfrutarla, pero verla, lo que es verla, sí que lo hicimos) y encontrarnos con la nula publicidad del evento en la ciudad (no ví ni un sólo cartel), con la mala organización, con la poca iluminación de los edificios emblemáticos (lo de la noche en blanco digo yo que también irá por eso, no?), y la incesante aunque levísima lluvia, hicieron que la noche no fuera como esperábamos. A eso se une que ya teníamos prisa desde antes de salir porque D. tenía ciertas obligaciones laborales que cumplir. Total, que acabamos junto con unos amigos en una tetería. Bien, entretenido, ricos los crepes y los batidos :)

Y sigue este fin de semana triste. A las 6 y poco nos hemos despertado. He llevado a D. a la estación de trenes para que cogiera un AVE con destino a Madrid, para lo que os contaba de sus obligaciones laborales. Todo el día sin él. No pasaría nada sino fuera porque es domingo, y vamos, porque quiero pasar cada segundo con él, que es el que me consuela y me hace reir.

Así que hace un ratito llamo a mi madre, para ver cómo van las cosas por los Madriles, en mi casita, y me cuenta una historia rocambolesca de una prima mía. Y mi enfado ha ido en aumento, porque esa prima asquerosa es una mentirosa, y cuando a mí me meten en una mentira y no puedo defenderme se me ocurren millones de venganzas. Conclusión: estoy triste y tremendamente cabreada. Se me pasará pronto, claro que sí, pero me encantaría que la gente tan mentirosa pagara sus mentiras, de la forma que fuera, y si puede ser quedando en ridículo mejor. Pedazo de mentirosa...

Ays, qué desahogo. Esto de tener un blog cuando una está solita en casa es una delicia, eh.

Que el domingo acabe bien. Sed bueno... y comentad, que todavía es gratis.

2 comentarios

Lorena -

Bueno como ves me animo de vez en cuando en este mundillo. Darte las gracias por escucharme en muchos momentos...
Decirte que si es una mentirosa no merece la pena remover lo que no merece la pena.
Nos vemos wapa

becquer99 -

Bueno, yo como ves ya he podido volver a entrar a tu blog.

Si es una mentirosa no merece la pena andar comiéndose la cabeza, así que espero que ya se te haya pasado.

Por cierto, el del dibujo me recuerda un montón a Eduardo Punset. No sé por qué.

Nos vemos luego, compañera.