¿Adiós Málaga?
Ha llovido toda la noche y, aunque a veces al sol le da por asomarse, tiene pinta de que en breve volverán a caer gotas de agua sobre el suelo de Málaga.
A mi estancia en esta ciudad maravillosa le quedan horas. Me he ido y vuelto en varios ocasiones durante las últimas semanas -conozco cada línea de la carretera, cada curva, cada interminable obra-, pero ahora sí tengo la sensación de que llega el momento de la despedida.
Suena Supersubmarina, herencia de mi amigo P. y de mi reencontrado M.
Me ha hecho feliz haber dado el paso (ambos lo hemos dado), de ser más claros y enfrentarnos a nuestros errores. El pasado fue glorioso en unión, y mi presente y futuro quiero que se impregne de sus cuadros, sus ideas, sus locuras y sus abrazos, que los echo de menos como pocas cosas. Espero que el reencuentro virtual pronto de paso al físico, al real. Love u.
Por otro lado la casa ya empieza a ser un lugar menos "amistoso". Cajas, bolsas, maletas, huecos vacíos.
Pensando en dejar cosas, en recoger otras, en llevarme tal o cual. Pero sin olvidar que esta siempre será nuestra casa, y que volveremos una y mil veces, buscando el calor que siempre nos ha dado, incluso en las noches más frías del invierno.
Nos vamos, pero nunca nos iremos del todo. Entre otras cosas porque seguiremos viniendo muy a menudo. Porque el fútbol y los amigos seguirán siendo excusa perfecta para pisar la playa, o ver atardecer a través de la ventana de mi salón.
Y yo vuelvo a casa. Paradoja. Dejo mi casa, vuelvo a casa. Uno nunca sabe de donde es desde el momento en que abandona el hogar. Ahí empieza la indefinición, el sentirse extraño en todos lados, el sentirte "extranjero".
Soy de allí, pero también un poco de aquí, y quizás ya de ninguno de los dos sitios.
No importa. Sólo busco una cosa: la felicidad, y el lugar no me importa, sólo me importa que al final de la noche llegue el abrazo suyo. Ahí está mi felicidad.
2 comentarios
Silvia -
Bienvenida
Marcos -
Océanos de ternura :)