Un reloj
Desde muy pequeñita siempre me gustaron los relojes. Podía llegar a tener dos o tres nuevos cada año. Casi se puede decir que los coleccionaba. A mi padre le gustaba mucho regalarme libros y relojes, supongo que porque también para él era algo bonito.
El caso es que siempre usé reloj, y nunca comprendí a quien no lo hacía.
Pero en mayo de este año, en Málaga, se rompió el último reloj que me quedaba, un regalo que me había hecho mi amiga R. por mi cumpleaños hace tiempo. Me dio una enorme pena, y pensé que ya alguien me regalaría un reloj, a fin de cuentas en agosto llegaba mi cumpleaños, y seguro que alguien aprovecharía para comprarme el reloj, era un regalo fácil. Pero bueno, no hubo demasiados regalos, aunque tampoco me importa. Y pasaron los meses y me fui acostumbrando a tener mi muñeca vacía, en este caso la derecha (de pequeña oí que los grandes ejecutivos llevaban el reloj en la derecha para recordarse que tenían que cumplir una serie de objetivos, y eso mismo imité yo, desde mi inocencia infantil). A día de hoy, 6 meses después, sigo sin llevar reloj. Ya no me hace falta. Me he acostumbrado a mirar la hora en el móvil. Desterré esa maravillosa manía por los relojes, y es que bastante atada estoy ya al tiempo...
Con reloj o sin reloj, me siguen gustando y sigo esperando, supongo, a que alguien se acuerde de regalármelo.
El caso es que siempre usé reloj, y nunca comprendí a quien no lo hacía.
Pero en mayo de este año, en Málaga, se rompió el último reloj que me quedaba, un regalo que me había hecho mi amiga R. por mi cumpleaños hace tiempo. Me dio una enorme pena, y pensé que ya alguien me regalaría un reloj, a fin de cuentas en agosto llegaba mi cumpleaños, y seguro que alguien aprovecharía para comprarme el reloj, era un regalo fácil. Pero bueno, no hubo demasiados regalos, aunque tampoco me importa. Y pasaron los meses y me fui acostumbrando a tener mi muñeca vacía, en este caso la derecha (de pequeña oí que los grandes ejecutivos llevaban el reloj en la derecha para recordarse que tenían que cumplir una serie de objetivos, y eso mismo imité yo, desde mi inocencia infantil). A día de hoy, 6 meses después, sigo sin llevar reloj. Ya no me hace falta. Me he acostumbrado a mirar la hora en el móvil. Desterré esa maravillosa manía por los relojes, y es que bastante atada estoy ya al tiempo...
Con reloj o sin reloj, me siguen gustando y sigo esperando, supongo, a que alguien se acuerde de regalármelo.
8 comentarios
Galy -
Saludos cordiales
Galy
Enelcamino -
Besos
Let -
Ultimamente vengo utilizando uno, si, el de la comunión, porque también me ha pasado que los que tengo están todos rotos y ya le he hechado el ojo a uno, a ver si cae
Joe vaya como me enrollo para decir que yo he pasado por eso :D
Bueno que me voy de viaje, es una sorpresa, pero no creo que entre aquí y lo lea :P
Toperro -
PD:Tbn acepto relojes como regalo jaja
M -
es broma...
Con lo que realmente vale el tiempo, los relojes son demasiado baratos, aunque, desgraciadamente, no ejercen ningún control sobre él, solo son sirvientes, como nosotros...
"un reloj, dos relojes, tres relojes... la vida es un reloj que se me perdió"
Besos.... a lot
M
Oranx -
Helena -
Besos.Adios.
Victor Flyte -