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El fin de los días grises

El regreso a casa

El regreso a casa Llegúe ayer por la tarde.

Las obras de la M-30 me recibieron con los brazos abiertos, sólo ellas, porque nadie más había en mi casa.

Mi hermano había huído de esta ciudad "invivible pero insustituible", que dijo en su día Sabina.
Y yo me encontré de nuevo con la casa en la que hasta hace dos semanas había vivido los últimos 25 años de mi vida. 25 años, se dice pronto.

Sin embargo, los días en Málaga han sido tan especiales que parece que he vivido allí siempre.

Curiosamente se echan de menos cosas a priori insustanciales, y en mi caso, al margen de a las personas (a las que extraño, y mucho), algo que añoro con fuerza es la ducha de mi casa.

Sí, así como lo leéis. No he encontrado en mi vida una ducha que salga con tanta fuerza y a una temperatura tan maravillosa.

Es la ducha perfecta, nada que ver con la de Málaga, en la que conseguir un chorro de agua mínimamente potente y la temperatura adecuada es una quimera.

Así que disfruté de la ducha como si fuera la primera que me daba en meses, y luego me fui a cenar con mis amigos. La noche estuvo plagada de risas, aunque el cansancio y mi dolor de cabeza impidieron que se prolongara demasiado.

Echo de menos a D., quizás más que nunca, y eso que sólo hace un día que no le veo. Pero las personas somos así de caprichosas, enseguida nos acostumbramos a lo bueno, aunque durante once meses apenas nos hayamos visto, de repente ahora 24 horas sin él son como una vida entera vacía.

Ahora tengo la tele de fondo, sin sonido, mientras en Onda 6 ponen el Pamesa-Caja San Fernando. Espero como agua de mayo una llamada. Mi regreso ha sido un poco solitario. Iba a quedar hoy con unos amigos pero en el último momento ha sido imposible vernos. Mañana será.

Hoy es un día de celebraciones para muchos: San José, Fallas y el Día del Padre. Día para recordar, día nostálgico, día triste, en fin. Pero la tristeza hay que borrarla del calendario, descartarla como opción. Mañana saldrá de nuevo el sol, y faltará un día menos para reencontrarme con todos los que quiero, con todos, esta vez sí. Bienvenida a casa, a tu segunda casa, ¿o es la primera?

1 comentario

Ciclop -

Bienvenida bonita!
Justo te vas de tu casa cuando yo voy hacia allá, ya es mala suerte...
Lo de las duchas es una obsesión mia también... aunque no sé si realmente eres de las mias... una pregunta: cuando vas de hotel lo primero que haces es darte una ducha?? Si la respuesta es SI, eres una obsesionada por las duchas como yo ;) Un beso enorme... atenta al blog estas 2 semanas que no estaré :P
P.d: Me muero de ganas!!!!:)