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El fin de los días grises

Lo que fue para siempre que no caiga al olvido

La melancolía está siempre a la vuelta de la esquina.
Puede que no añores a las personas, pero los recuerdos de momentos bellos vuelven, sin duda, en algún u otro momento.

"Mejor buenos recuerdos que un pasado perdido".

Estos días, será la primavera, me siento más melancólica que nunca. También coincide con que he recibido noticias de mucha gente que andaba perdida, y que M. está en Málaga y puedo compartir con él esas charlas tan irreales, fantásticas, oníricas.

Echo de menos a R., muchísimo más de lo que ella sabe. Necesito como el comer un abrazo tímido suyo (porque R. siempre fue muy tímida en las distancias cortas), su mirada excrutando mis palabras, sus palabras analizando mis gestos, sus silencios valorando mis ideas.

Echo de menos a P. Y a E. Echo de menos las tardes de colegio sentada en las escaleras, echo de menos los paseos por el Retiro, ver la tele con mi padre, ir a casa de mi yaya a comer un sucedáneo de chocolate malísimo y salchichas ahumadas, jaja.

Se extrañan cosas livianas, quizás demasiado livianas, pero no son esas las que a fin de cuentas nos dan vida a diario?

2 comentarios

Let -

La verdad es que me siento terriblemente identificada con lo que has escrito. Es más, hace poco yo también escribí algo parecido. Ay la melancolía!!

Besos guapa

Helena -

Lo que extrañas no son cosas libianas para nada; lo que tú extrañas es la vida, las personas y lo mejor ese chocolate de tu yaya que estoy segura de que no lo cambiabas por el mejor chocolate del mundo...
Besos.Adiós.