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El fin de los días grises

Bienvenida, Irene

Las cosas no son fáciles en la vida.

Cuando todo parece sonreír un nubarrón inmenso se posa sobre tu cabeza y empieza a diluviar.

Algo así debieron sentir L. Y S. Sobre ello escribí allá por septiembre (si no me equivoco), sobre el adiós temprano del pequeño Diego.

Pero hoy, tras llegar a Málaga, me recibe la mejor noticia posible. Porque es un "nacimiento", porque la vida básicamente es eso: vida y muerte. Y hoy hay vida. Y en nuestros brazos está Irene, que será querida como se merece, que será nuestro nuevo juguete, a la que intentaremos dar todo lo que la vida quiso negarle.

Tienes los mejores padres del mundo, y aquellos que te hicieron Irene, te quieren como a nadie, pero no pueden hacerse cargo de ti. No se lo tengas en cuenta, agradéceles que te dan una vida mejor. Son buenos, sólo por eso demuestran ser en verdad muy buenos.

Mañana L. y S. te acogerán en sus brazos, nunca olvidaremos a Diego, pero hoy Irene eres tú nuestro sueño.

Bienvenida mi niña

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