Para Dani
and the reason is you...
Hago un breve inciso, no tengáis en cuenta las palabras del otro día, al menos hoy. Mañana volveré a mi descanso, pero hay una persona que se merece que vuelva hoy. Además, me lo ha pedido como regalo de cumpleaños, y a él no puedo decirle que no.
Escuchaba esta mañana The reason, de Hoobastank, una canción preciosa, un buen comienzo para esta mañana en la que me he levantado constipada, con la garganta fatal y con menos ganas que nunca de venir al trabajo.
Antes de nada, gracias por los comentarios que me habéis dejado en el último artículo. Repito, sigo pensando lo mismo, pero hoy tenía que venir a mi rincón a dedicarle un sueño a mi niño.
Gracias especialmente a M., al resto por supuesto también, pero gracias a él porque sus palabras actúan como bálsamo y a la vez como reconstituyente.
A lo que voy, y como decía Hoobastank, no soy una persona perfecta, pero continúo aprendiendo, y he encontrado una razón para cambiar lo que solía ser, una razón para empezar de nuevo, y la razón eres tú.
Elegí un mal día para dejar de escribir, porque ha coincidido con tu paso a una cifra mágica, o maldita, depende del cristal con que lo mires. Hoy es el día, 10 de noviembre, suena tan bien, ¿verdad?
Imagino un día soleado en Málaga, una familia feliz porque nacía el segundo de sus hijos, ya había llegado el magnífico A., y J. y A. estarían nerviosos y contentos porque con D. conformaban una familia como la que siempre soñaron. D. nace, y crece con esa sonrisa franca que nunca le abandona, al calor de sus padres, dos personas que no sólo le guían y le cuidan, sino que le intentan enseñar desde el diálogo y unos principios maravillosos. Su hermano, sus padres, su tita, son los referentes de su vida, son aquellos por los que marca cada paso, por los que se queda sin manos si alguien se lo pide, por los que entrega su alma y su corazón, y os aseguro que este es realmente grande. El fútbol, el baloncesto, los amigos, la música. Yo me perdí toda esa parte, es lógico, vivíamos mundos distintos, ciudades diferentes, y sin embargo, y como ayer me dijiste, parece que toda la vida hemos estado juntos.
Te admiro, no sólo te quiero como a nadie, sino que además te admiro. Admiro tu forma de pensar, tu forma de hablar, tu forma de tratar a las personas, tus ganas de vivir, de aprender, de divertirte. A veces un niño, a veces el hombre más maduro.
No tengo regalos para ti, ni esa tarta que se comió quien tu sabes, ni siquiera tengo la suerte de estar hoy contigo, por esa razón tengo que conformarme con escribirte esto, con haberte felicitado a las 00:00, con hablar contigo todo el día. Porque de la forma que yo pueda estoy a tu lado, porque desde anoche no hay nada en mi cabeza que no seas tú, pero vamos, eso no es ninguna novedad.
No me importa que esto lo puedan leer personas que no me conocen, o incluso que lo lea quien me conoce, yo esto lo escribo para ti. Escribo y me vuelvo a mi guarida del silencio. Sé lo que me has pedido como regalo, y yo te digo que te lo regalaré, que volveré cielo, pero lo haré cuando sea el momento. Tú y yo sabemos que no puedo abandonar este lugar, que no podré dejar de escribir. Quítale a un niño su bocata en la merienda, quítame a mí esta página, es un imposible.
¡Feliz cumpleaños Dani!
Pasa un día maravilloso, el fin de semana lo celebramos juntos, ¿vale?
Si te digo que te quiero miento, porque querer es una tontería al lado de lo que yo siento por ti, y lo mejor de todo es que lo sabes.
No cambies nunca sureñito, nunca cedas ante nadie, eres demasiado bueno para convertirte en un clon más en este mundo de imitadores.
Di
Hago un breve inciso, no tengáis en cuenta las palabras del otro día, al menos hoy. Mañana volveré a mi descanso, pero hay una persona que se merece que vuelva hoy. Además, me lo ha pedido como regalo de cumpleaños, y a él no puedo decirle que no.
Escuchaba esta mañana The reason, de Hoobastank, una canción preciosa, un buen comienzo para esta mañana en la que me he levantado constipada, con la garganta fatal y con menos ganas que nunca de venir al trabajo.
Antes de nada, gracias por los comentarios que me habéis dejado en el último artículo. Repito, sigo pensando lo mismo, pero hoy tenía que venir a mi rincón a dedicarle un sueño a mi niño.
Gracias especialmente a M., al resto por supuesto también, pero gracias a él porque sus palabras actúan como bálsamo y a la vez como reconstituyente.
A lo que voy, y como decía Hoobastank, no soy una persona perfecta, pero continúo aprendiendo, y he encontrado una razón para cambiar lo que solía ser, una razón para empezar de nuevo, y la razón eres tú.
Elegí un mal día para dejar de escribir, porque ha coincidido con tu paso a una cifra mágica, o maldita, depende del cristal con que lo mires. Hoy es el día, 10 de noviembre, suena tan bien, ¿verdad?
Imagino un día soleado en Málaga, una familia feliz porque nacía el segundo de sus hijos, ya había llegado el magnífico A., y J. y A. estarían nerviosos y contentos porque con D. conformaban una familia como la que siempre soñaron. D. nace, y crece con esa sonrisa franca que nunca le abandona, al calor de sus padres, dos personas que no sólo le guían y le cuidan, sino que le intentan enseñar desde el diálogo y unos principios maravillosos. Su hermano, sus padres, su tita, son los referentes de su vida, son aquellos por los que marca cada paso, por los que se queda sin manos si alguien se lo pide, por los que entrega su alma y su corazón, y os aseguro que este es realmente grande. El fútbol, el baloncesto, los amigos, la música. Yo me perdí toda esa parte, es lógico, vivíamos mundos distintos, ciudades diferentes, y sin embargo, y como ayer me dijiste, parece que toda la vida hemos estado juntos.
Te admiro, no sólo te quiero como a nadie, sino que además te admiro. Admiro tu forma de pensar, tu forma de hablar, tu forma de tratar a las personas, tus ganas de vivir, de aprender, de divertirte. A veces un niño, a veces el hombre más maduro.
No tengo regalos para ti, ni esa tarta que se comió quien tu sabes, ni siquiera tengo la suerte de estar hoy contigo, por esa razón tengo que conformarme con escribirte esto, con haberte felicitado a las 00:00, con hablar contigo todo el día. Porque de la forma que yo pueda estoy a tu lado, porque desde anoche no hay nada en mi cabeza que no seas tú, pero vamos, eso no es ninguna novedad.
No me importa que esto lo puedan leer personas que no me conocen, o incluso que lo lea quien me conoce, yo esto lo escribo para ti. Escribo y me vuelvo a mi guarida del silencio. Sé lo que me has pedido como regalo, y yo te digo que te lo regalaré, que volveré cielo, pero lo haré cuando sea el momento. Tú y yo sabemos que no puedo abandonar este lugar, que no podré dejar de escribir. Quítale a un niño su bocata en la merienda, quítame a mí esta página, es un imposible.
¡Feliz cumpleaños Dani!
Pasa un día maravilloso, el fin de semana lo celebramos juntos, ¿vale?
Si te digo que te quiero miento, porque querer es una tontería al lado de lo que yo siento por ti, y lo mejor de todo es que lo sabes.
No cambies nunca sureñito, nunca cedas ante nadie, eres demasiado bueno para convertirte en un clon más en este mundo de imitadores.
Di
9 comentarios
Rut -
Di, tienes que volver, me encanta leerte y como dice Dani, si no lo haces, volverán los días grises.
Porque aunque tú escribas en la soledad de tu teclado, a muchas personas le ayudan tus palabras y tus comentarios.
El cafelito te necesita y te echa de menos.
besitos y vuelve pronto
bolo -
Victor Flyte -
Cuanto sentimiento hay en esas palabras. Un abrazo!
M -
Juli -
Toperro -
Enelcamino -
¡Cuánto amor!
Felicidades a los dos.
Besos
Coraçao Vagabundo -
Daniel -
GRACIAS.
Pero no gracias por tus palabras, que al fin y al cabo son siempre de cariño y tan bellas como éstas, sino gracias por tu fondo, por tu corazón, por tus sentimientos y por esta forma de expresarlos.
Es cierto que te pedí de regalo de cumpleaños. Pero no pedí que escribieses esto (que me encanta y me fascina) sino que este no sea sino el primer artículo de esta segunda andadura tuya por tu blog, porque sin tus letras volverán los días grises.
Es fuerte pensar que tengo dos décadas de vida y que todo lo vivido antes tenga tan poca importancia comparado con lo que me ha ocurrido desde aquel maravillo 7 de Abril.
Tú eres la razón de mi felicidad y lo sabes.
Felicidades a tí... por poder aguantarme.