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El fin de los días grises

Never let me down again…

Never let me down again… ¿Habéis jugado alguna vez a eso de “¿dónde y con quién te gustaría estar ahora mismo?”?
Mientras el Winamp salta de canción en canción, entre Depeche Mode, The Thrills, Serrat (suerte Nano en lo tuyo), La Costa Brava y alguna rareza más, yo fijo mi vista en la calle, a través de la cortina. Y entra el sol, veo los árboles quietos, como si estuvieran pintados en un cuadro, detenidas sus ramas, sus hojas, porque el viento hoy se ha olvidado de mecerlos para dormir.
Y pienso en dónde y con quién me gustaría estar ahora mismo… y me salen tantas posibilidades.
Me encantaría estar en una casa en la sierra, una casa enorme con chimenea, acurrucada junto a D., bajo una manta, viendo la tele, hablando, oyendo música, teniendo para nosotros ese tiempo que el reloj se empeña en robarnos.
Me gustaría compartir con él una tarde de pipas, coca-colas y charlas en la playa de Pedregalejo o en Gibralfaro, en cualquier rincón de Málaga, esa Málaga guapa que algún día será “mía”.
Me gustaría estar con R. en su nueva aventura en Sevilla, capear juntas las novedades que tanto nos asustan en ocasiones.
O con M. en Londres, compartiendo esa habitación que a su vez comparte en una casa extraña. Viendo de nuevo sus ojos, oyendo de nuevo su voz y agarrando de nuevo sus manos fuertes, sus manos llenas de energía.
Me gustaría estar en Oviedo con P., a la que ya hace demasiado que no veo, ir a Valencia, recoger a E. y juntas irnos a Denia a vivir un nuevo fin de semana como los que a diario inventábamos en verano (porque en verano cada día es un fin de semana).
Estaría bien estar en Cáceres con la niña C., conociendo su ciudad y sus cafés, acercarme a Lisboa si pudiera ser, pasearla y llenarme de la magia que todos dicen que tiene.
Me haría ilusión conocer a A., verle entrenar en Barcelona y compartir una conversación de esas metafísicas que parece que tanto nos gustan a los dos.
Podría estar en París, visitando al inefable B., al personaje más estrambótico que nunca conocí, al que hace muchos años que no veo, con el que apenas hablo, pero con el que sé que no se acabará nunca la complicidad que tuvimos desde el primer momento.
Me gustaría estar en Bruselas con T., a la que le debo esa visita, y hacerla mejor aún con “las locas”.
Me daría vida fumarme un poquito de Narguile en Estambul, en cualquiera de sus bares en medio de un cementerio, acercarme a la explanada entre Santa Sofía y la Mezquita Azul, mirar a ambos lados y sólo ver LA BELLEZA.
Y por supuesto siempre me gustaría estar en Buenos Aires, si puede ser con D., también con M. (aunque para eso tendríamos que estar solteros, no? Y ni tú ni yo queremos eso, jaja).
Hay tantos sitios en los que me gustaría estar ahora mismo. Pero no tantas las personas con las que querría compartir mi tiempo. Al final de todo me conformo con estar con ellos, el lugar es lo de menos, pero estar con ellos, no echarles de menos, no haberme acostumbrado a esta distancia, no vivir pendiente de un móvil, de un email, del MSN.
Suena “Nada más”, aquella canción de José Mª Granados que maravillosamente versionaron Los Secretos. Pues ahora la escucho versionada por La Costa Brava, no está mal, pero no me llena.
Ya sabéis a lo que me refiero. Una canción que sólo escuchar sus primeras notas te transporta a otro lugar. Podrías cerrar los ojos y olvidar que te rodea la gente. Podrías llorar, gritar, cantar alto, reirte como una loca. “Nada más” es una de esas canciones, pero no esta versión. A veces es la voz, a veces es la música, un simple punteo de guitarra, un algo que la hace diferente. Es algo que me sucede siempre con Calamaro. Ante Andrés no tengo objetividad, simplemente me rindo ante sus canciones. Un personaje capaz de crear y crear, de reconocer cual es su lugar en la música, un tío que me ha hecho emocionarme con su simple voz escuchando “Estadio Azteca” o la inigualable “Paloma”. Pues deberíais intentar escuchar su versión del “I will survive”. Habrá quien pensará que es horrible, pero yo creo que simplemente es tan genial como AC… un incomprendido.
Hace frío, pero me gusta. Estáis lejos, pero estoy bien.
Hoy sé que mi vida está cada vez más en mis manos. Lo noto, me siento más fuerte y eso es un síntoma de que los cambios están por llegar, no los espero, yo los provoco.
La música es algo maravilloso, con razón me gusta tanto esa joya de los blogs que es Buscando un ideal, un refugio de música y palabras, el sitio en el que mejor que en ningún sitio se funden esas dos herramientas de la comunicación.
Gracias a todos otra vez, gracias porque sé que nunca me dejaréis caer de nuevo…

4 comentarios

Helena -

JODER...con todas las letras..no había vuelto a pasar por aquí pensando que tus vacaciones serían más largas... ya ahora tengo tarea larga...jaja...gracias...
Y por cierto has escuchado la versión de Calamaro de Veneno en la piel de Radio Futura...mejora esa maravillosa canción de una forma increíble...
Besos.Adios.

M -

mi Di me emociona de nuevo, me prende los vellos para que apunten al cielo gritando, clamando mas palabras suyas... egoistamente cuando se dirigen tambien a mi. mi Di se rinde ante todo, no solo ya a Calamaro sino ante estos bonitos sentimientos que estan componiendo la nueva banda sonora de su vida... una en la que yo estoy mas lejos, en la que a mi "tambien me gustaria" poder estar un ratito, cerca.... oyendo la respiracion de esta nueva Di. Yo me fui a un sitio para poder estar conmigo mismo, solo conmigo.. con este que tan olvidado tenia, porque era el lugar donde mas necesitaba estar (y eso que me pillo cerca...), ahora me cuesta vivir sin lo demas... no se puede tener todo en la vida, pero si se puede esperar y poder saborear las cosas como si siempre fueran la ultima.....
Ay, mi Di... que estas muy "in love"

A -

Donde y cuando quieras... me tienes contigo! :*

Juli -

Ay, no sabés, Di, cómo me identifico con vos. Me encanta leerte, no dejes de escribir. Y cuando quieras, te cebo un mate, para que te sientas más cerca de D y M...
Un beso