La cuesta de diciembre
Escucho un cd que me ha traído una compañera de trabajo. He llegado tarde, me he dormido.
Ayer tardé en irme a la cama, vino M. desde Granada. Hacía seis meses que no nos veíamos, y cuando te falta durante tanto tiempo una parte tan importante de tu vida recuperarla combina aspectos paradójicos: los primeros minutos hacen olvidar toda la ausencia anterior, pero al mismo tiempo no hay horas suficientes para relatar dos vidas durante tantos días.
Londres ha sido su mundo, otra gente ha sido su amiga, y ahora volver es complicado.
Pero a mí me sirve verle para volver a sentirme protegida, recuperar la ilusión de ir a Granada a verle y pasar frío en la "Nevera". Saber que vendrá a Madrid a verme, a pasear por esas calles en las que nos conocimos.
Con M. aquí y con mi vida social completamente desbordada... el consuelo que me queda es que en breve tendré mucho tiempo para todas las personas que ahora apenas veo. Me ha invadido una ola de ilusión. El despido va a ser una gran cosa. La cuestión es no dramatizar, no mirar al futuro con los ojos de una niña asustada, sino con los de una persona con enormes ganas de hacer todas las cosas que la dictadura del trabajo me ha evitado estos años.
Se acabaron por un tiempo los "horarios esclavos" de los que hablaba el gran Calamaro.
Eso será el futuro, el presente es que tengo muchas cosas que hacer, mucha gente que ver, muchos regalos que comprar y una economía bajo cero, así que este año creo que Papá Noel dejará su sitio a los Reyes Magos...
Ayer tardé en irme a la cama, vino M. desde Granada. Hacía seis meses que no nos veíamos, y cuando te falta durante tanto tiempo una parte tan importante de tu vida recuperarla combina aspectos paradójicos: los primeros minutos hacen olvidar toda la ausencia anterior, pero al mismo tiempo no hay horas suficientes para relatar dos vidas durante tantos días.
Londres ha sido su mundo, otra gente ha sido su amiga, y ahora volver es complicado.
Pero a mí me sirve verle para volver a sentirme protegida, recuperar la ilusión de ir a Granada a verle y pasar frío en la "Nevera". Saber que vendrá a Madrid a verme, a pasear por esas calles en las que nos conocimos.
Con M. aquí y con mi vida social completamente desbordada... el consuelo que me queda es que en breve tendré mucho tiempo para todas las personas que ahora apenas veo. Me ha invadido una ola de ilusión. El despido va a ser una gran cosa. La cuestión es no dramatizar, no mirar al futuro con los ojos de una niña asustada, sino con los de una persona con enormes ganas de hacer todas las cosas que la dictadura del trabajo me ha evitado estos años.
Se acabaron por un tiempo los "horarios esclavos" de los que hablaba el gran Calamaro.
Eso será el futuro, el presente es que tengo muchas cosas que hacer, mucha gente que ver, muchos regalos que comprar y una economía bajo cero, así que este año creo que Papá Noel dejará su sitio a los Reyes Magos...
4 comentarios
Mir -
Enelcamino -
Disfruta de todo y de todos.
Besos
Helena -
Gracias...
Besos.Adios
nastrud -
Un beso
Albert.