El fin de octubre
Se va a acabar octubre. Ya se me ha pasado esa idea tan negativa de un septiembre negro.
Luego no lo fue tanto, pero mi estado anímico no era el mejor.
Siguen los cambios, pero me voy acostumbrando. Ley de vida.
A mi prima pequeña, A. la operan de apendicitis, nada importante, pero es ella, y ella sí que es muy importante, lo más. Y aunque oigo su voz, siempre feliz y animada, me falta su abrazo. Cosas de vivir a más de 500 kms de casa.
Aunque a veces me pregunto, ¿cual es mi casa? ¿Es posible sentir que soy de dos sitios, que tengo dos casas, que no puedo desprenderme de ninguno de los dos lugares? Sé que lo importante son las personas de cada uno de los sitios... pero si pienso en dejar una ciudad por la otra encuentro tantas dudas, tanta incertidumbre que prefiero no usar la cabeza en esos menesteres.
No sé si me importa tan poco la ciudad donde vivir. Creo que es más importante para mí de lo que pensaba. Pero ahora estoy ya demasiado implicada. Con Málaga y con Madrid, con ambas, con las dos. Necesito una cosa de una y otra muy distinta de la otra. Intento combinarlas, pero es difícil, y sé que al final -hiciera lo que hiciera- pensaría que la otra era la opción correcta.
Así que mejor dejar que el tiempo corra, que siga su ritmo, y que mi vida me lleve donde tenga que llevarme. Sin más, pero también sin menos.
Luego no lo fue tanto, pero mi estado anímico no era el mejor.
Siguen los cambios, pero me voy acostumbrando. Ley de vida.
A mi prima pequeña, A. la operan de apendicitis, nada importante, pero es ella, y ella sí que es muy importante, lo más. Y aunque oigo su voz, siempre feliz y animada, me falta su abrazo. Cosas de vivir a más de 500 kms de casa.
Aunque a veces me pregunto, ¿cual es mi casa? ¿Es posible sentir que soy de dos sitios, que tengo dos casas, que no puedo desprenderme de ninguno de los dos lugares? Sé que lo importante son las personas de cada uno de los sitios... pero si pienso en dejar una ciudad por la otra encuentro tantas dudas, tanta incertidumbre que prefiero no usar la cabeza en esos menesteres.
No sé si me importa tan poco la ciudad donde vivir. Creo que es más importante para mí de lo que pensaba. Pero ahora estoy ya demasiado implicada. Con Málaga y con Madrid, con ambas, con las dos. Necesito una cosa de una y otra muy distinta de la otra. Intento combinarlas, pero es difícil, y sé que al final -hiciera lo que hiciera- pensaría que la otra era la opción correcta.
Así que mejor dejar que el tiempo corra, que siga su ritmo, y que mi vida me lleve donde tenga que llevarme. Sin más, pero también sin menos.
1 comentario
becquer99 -
¡¡Besos!!