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El fin de los días grises

Dedicados

Peligro de desaparición

Estoy bien.

Desaparecida por propia voluntad, ¿o la falta de tiempo no es voluntaria?

Tengo ganas de volver a escribir, pero la Feria, D., ordenar el piso y que pronto me vuelvo a Denia me impiden ponerme en marcha con los planes y obligaciones.

El tiempo nos ata, pero en ocasiones nos hace simplemente vivir sin preocuparnos por nada.

En septiembre llega el cambio. Desde Málaga, pero iniciaré una nueva etapa. Ya os iré contando. Una pequeña píldora: tan simple como empezar a buscar trabajo.

Pasadlo bien, sed felices.

Mis monografías I. Mi madre

Mi madre es un ser único.

Casi todo hijo diría esas mismas palabras de su madre.

Detrás iría una enorme retahíla de adjetivos, calificativos unos, epítetos otros.
Adjetivos al fin y al cabo que pudieran expresar de algún modo cómo nosotros vemos a nuestra madre.

Sé que sería imposible mostrarla tal y como es a vuestros ojos.

Sólo tengo palabras para hacerlo. Me falta enseñaros mi mirada, abrir mi corazón y desnudarme como una niña ante los primeros miedos.

Una madre es un ser único… y la mía por supuesto que también.

Elisa es su nombre. El mismo que mi abuela. De ella ha heredado la tenacidad, la constancia, el sufrimiento, el amor incondicional por sus hijos y la lucha hasta la extenuación… y una cosa que me admira: el ingenio.

Mi abuela era capaz de sacar agua de un desierto, y mi madre es igual que ella en eso. De donde menos te lo esperas ella saca algo, lo que sea, lo que necesites. Es aguda, muy ingeniosa, como ya he dicho.

No sabe lo que es el aburrimiento. Ha sabido sacar partido a cada minuto de su vida, como si quisiera absorber todo lo que ese Dios en el que ella cree (aunque cada vez de forma menos ciega) le ha puesto por delante.

Mi madre es madrileña, castiza pura y dura, del Lavapiés más profundo, de aquel de las corralas y los vecinos como familia. Con el medio siglo superado de largo y las fuerzas para llegar al siglo entero.

Pasó en su largo peregrinar “gatuno” por Usera, y recayó finalmente en San Blas, donde más o menos se estableció, donde conoció con apenas 14 años a otro chulito madrileño que se convertiría en su acompañante eterno… hasta que la eternidad quiso.

Juntos ya se fueron a Aluche, a empezar a conocer las bonanzas económicas, progresar y formar una familia. Cuando nace mi hermano se toman un respiro, y 5 años después, deseada como nada, aparezco yo. A mis tres años nos mudamos a otro barrio, el definitivo por el momento, entre el Retiro y Moratalaz, entre la paz y el bullicio.

Vuelvo a mi madre. Trabaja en una juguetería, en otra, en las que haga falta para poder ayudar a su familia (siete hermanos, ella la segunda más mayor, un padre un poco golfo y mucha hambre, como correspondía a la época). Pasa también por alguna fábrica, donde sufre los castigos por parte de sus compañeras, mucho mayores y con más maldad.

Los tiempos que corren le impiden seguir haciendo lo que se le daba bastante bien: estudiar. Una gran espina que se le quedará clavada siempre.

Al casarse deja el trabajo, al que volverá cuando mi hermano y yo estemos ya criados. Entonces cambiará la vida de ama de casa por la de profesional liberal, montando con mi hermano un estudio de diseño gráfico. Sí, ahí donde la veis ( o la imagináis) mi madre aprende a usar un ordenador, una filmadora y demás elementos necesarios para el negocio. Se vuelve una empresaria, coge fuerzas y se dispone a comerse una nueva etapa de la vida.

En esos años felices la salud se burla de mi padre, y le detectan una enfermedad crónica que tiempo después supondrá la despedida definitiva.

Ahí es cuando mi madre empieza a comerse sus miedos, a callar, a llorar por las noches, a hacerse la fuerte. Un año, otro año, uno más, así hasta la decena.

Cuando las cosas parecían tornarse en positivas la suerte nos da la espalda, y una mala noche y peores médicos acaban con mi padre… y con los sueños de mi madre. Los sueños por compartir por fin esa jubilación tan anhelada, tan necesitada. Los sueños de huir a su Denia querida y afrontar allí los años felices, sin obligaciones de por medio, sin nervios ni presiones.

El destino le gana a mi madre esa partida, y ella, hundida pero no vencida, se promete remontar el vuelo, por mi hermano, por mí, por ella, y por el recuerdo de quien más la quiso y la querrá.

Llegamos a estos días inciertos.

Mi madre ha tardado en volver a sonreír, pero en ocasiones le descubro una mueca simpática, mezclada con el abatimiento, el cansancio, el cada día vivir por los demás.

Baila en un grupo formado con sus amigas, ayuda a la gente necesitada en una organización, acude a residencias de ancianos a actuar para darles luz a días oscuros.

Mi madre ha volcado su vida rota en ser mejor persona. Y lo ha conseguido. Y lo consigue.

Y cada día me da una lección de fuerza sobrehumana, de fe en el amor, de amistad y comprensión.

Podré criticarle muchas cosas, claro que sí, tiene muchos defectos, pero no utilizaré mi blog para ello. Porque sé que a las personas que queremos de verdad debemos verles lo bueno y lo malo, pero no hundirlas ante el resto.

Mi madre es especial, es única, me quiere, la adoro, y cada día que pasa la necesito más.

Me enseña, me da ganas de ser mejor yo también, me recuerda que ella y mi padre quisieron formar una familia, y aunque mi padre ya no está para seguir luchando por ello, ella sola se ha encargado de consolidarla aún más.

Por eso, y por muchas cosas más, mi madre merecía esta breve pincelada sobre un lienzo en blanco. El resto de colores ponedlos cada uno de vosotros con los recuerdos de vuestra madre. Merecen esto… y mucho más.

Gracias.

House of the rising sun

House of the rising sun Más dedicada que nunca, a D., quien en los últimos días ha encontrado en esta canción sentimientos de todo tipo.
Inolvidable será cierta conversación, inolvidable debería ser esta canción: memorable!!

The Animals - House Of The Rising Sun

There is a house in New Orleans
They call the Rising Sun
And it's been the ruin of many a poor boy
And God I know I'm one

My mother was a tailor
She sewed my new bluejeans
My father was a gamblin' man
Down in New Orleans

Now the only thing a gambler needs
Is a suitcase and trunk
And the only time he's satisfied
Is when he's on a drunk

------ organ solo ------

Oh mother tell your children
Not to do what I have done
Spend your lives in sin and misery
In the House of the Rising Sun

Well, I got one foot on the platform
The other foot on the train
I'm goin' back to New Orleans
To wear that ball and chain

Well, there is a house in New Orleans
They call the Rising Sun
And it's been the ruin of many a poor boy
And God I know I'm one

Para Dani

Para Dani and the reason is you...
Hago un breve inciso, no tengáis en cuenta las palabras del otro día, al menos hoy. Mañana volveré a mi descanso, pero hay una persona que se merece que vuelva hoy. Además, me lo ha pedido como regalo de cumpleaños, y a él no puedo decirle que no.
Escuchaba esta mañana “The reason”, de Hoobastank, una canción preciosa, un buen comienzo para esta mañana en la que me he levantado constipada, con la garganta fatal y con menos ganas que nunca de venir al trabajo.
Antes de nada, gracias por los comentarios que me habéis dejado en el último artículo. Repito, sigo pensando lo mismo, pero hoy tenía que venir a mi rincón a dedicarle un sueño a mi niño.
Gracias especialmente a M., al resto por supuesto también, pero gracias a él porque sus palabras actúan como bálsamo y a la vez como reconstituyente.
A lo que voy, y como decía Hoobastank, no soy una persona perfecta, pero continúo aprendiendo, y he encontrado una razón para cambiar lo que solía ser, una razón para empezar de nuevo, y la razón eres tú.
Elegí un mal día para dejar de escribir, porque ha coincidido con tu paso a una cifra mágica, o maldita, depende del cristal con que lo mires. Hoy es el día, 10 de noviembre, suena tan bien, ¿verdad?
Imagino un día soleado en Málaga, una familia feliz porque nacía el segundo de sus hijos, ya había llegado el magnífico A., y J. y A. estarían nerviosos y contentos porque con D. conformaban una familia como la que siempre soñaron. D. nace, y crece con esa sonrisa franca que nunca le abandona, al calor de sus padres, dos personas que no sólo le guían y le cuidan, sino que le intentan enseñar desde el diálogo y unos principios maravillosos. Su hermano, sus padres, su tita, son los referentes de su vida, son aquellos por los que marca cada paso, por los que se queda sin manos si alguien se lo pide, por los que entrega su alma y su corazón, y os aseguro que este es realmente grande. El fútbol, el baloncesto, los amigos, la música. Yo me perdí toda esa parte, es lógico, vivíamos mundos distintos, ciudades diferentes, y sin embargo, y como ayer me dijiste, parece que toda la vida hemos estado juntos.
Te admiro, no sólo te quiero como a nadie, sino que además te admiro. Admiro tu forma de pensar, tu forma de hablar, tu forma de tratar a las personas, tus ganas de vivir, de aprender, de divertirte. A veces un niño, a veces el hombre más maduro.
No tengo regalos para ti, ni esa tarta que se comió quien tu sabes, ni siquiera tengo la suerte de estar hoy contigo, por esa razón tengo que conformarme con escribirte esto, con haberte felicitado a las 00:00, con hablar contigo todo el día. Porque de la forma que yo pueda estoy a tu lado, porque desde anoche no hay nada en mi cabeza que no seas tú, pero vamos, eso no es ninguna novedad.
No me importa que esto lo puedan leer personas que no me conocen, o incluso que lo lea quien me conoce, yo esto lo escribo para ti. Escribo y me vuelvo a mi guarida del silencio. Sé lo que me has pedido como regalo, y yo te digo que te lo regalaré, que volveré cielo, pero lo haré cuando sea el momento. Tú y yo sabemos que no puedo abandonar este lugar, que no podré dejar de escribir. Quítale a un niño su bocata en la merienda, quítame a mí esta página, es un imposible.
¡Feliz cumpleaños Dani!
Pasa un día maravilloso, el fin de semana lo celebramos juntos, ¿vale?
Si te digo que te quiero miento, porque querer es una tontería al lado de lo que yo siento por ti, y lo mejor de todo es que lo sabes.
No cambies nunca sureñito, nunca cedas ante nadie, eres demasiado bueno para convertirte en un clon más en este mundo de imitadores.

Di

Los blogs que necesito

Los blogs que necesito Me gusta este deambular por los blogs, esto de encontrar personas tan interesantes, imaginarlas sentadas frente a su ordenador, cada uno en su mundo, con sus alegrías y sus miserias, mostrándose desnudos ante nosotros con sus palabras. Me verán a mi asÍ? Cómo me veis los que jamás siquiera me habéis oído? El otro día hablaba con D. sobre la magia de no llegar a conocer a las personas que día a día dejan comentarios en tu blog, que te hablan con tal naturalidad que parece que les necesitas en las horas bajas. Pensaba en lo fácil que sería contactar con ellos, escribirles un email, agregarles al messenger, pero ¿y nuestra magia blogera?¿Dónde quedaría?
Me gusta cómo están las cosas, me encanta notar los diferentes estados de ánimo de Ciclop (uno de los ejemplos más claros de esa magia de la que hablo), una persona a la que nunca he visto, muy buen amigo de N. (a este sí tuve la enorme suerte de conocer antes del verano), alguien que cada día deja una perla escrita en su blog y alguna que otra en mis comentarios. De repente me sorprendo sonriendo ante sus palabras, feliz si le “veo” sonreir, triste si le noto decaído.
Es la magia de los blogs. Y que nunca desaparezca. Esta vez te ha tocado a ti Clop, pero podría haber sido cualquiera, como En el camino, Bolo, Mir y tantos otros a los que me encanta leer. Sois mi “pequeña comunidad”, espero que nos sigamos acompañando mucho tiempo.

Agradecer siempre...

Me ha gustado mucho abrir el buzón y encontrarme un sobrecito cuyo remite ya lo decía todo... y abrirlo y ver que por fin tengo la discografía de R.E.M.
Hay gente a la que merece la pena conocer, hay gente a la que siempre hay que agradecer.
Este es tu post entonces, gracias, porque me has puesto una sonrisa en la cara, y eso en los tiempos que corren es mejor que ningún regalo.

Dos menos!!

Nunca pensé que me alegraría tanto porque alguien aprobara unos exámenes.
Quizás la clave de las cosas sea que no nos alegra tanto el hecho en sí, sino la felicidad que la persona desprende.
Y si encima esa persona que aprueba significa tanto, significa todo, y yo he visto cómo lo ha pasado para alcanzar ese instante... entonces sólo me queda gritar un ¡¡¡bien!!!
Que lo has conseguido, que te lo mereces, que ahora sólo te queda disfrutar, respira hondo, relájate y haz aquello que más te gusta.
Yo ya soy feliz, y es de nuevo por tu culpa.

A las víctimas del 11M, medio año después

A las víctimas del 11M, medio año después Os dejo esto, escrito por D., mi niño, en un foro (http://foros.acb.com/viewtopic.php?t=51771&postdays=0&postorder=asc&start=0), el día que se cumplen 6 meses de ese horrible día. No quiero añadir nada más, creo que es más que suficiente.
Gracias cielo, por prestarme para todo el que quiera leer estas palabras que no deben caer en saco roto.

"Sí, seis meses ya. Como pasa el tiempo, Dios. No puedo olvidar esa mañana. Me desperté muy pronto pensando ir a la Universidad. Pude ver a mi hermano que precisamente iba a pillar una autobus para llegar a Madrid ese mismo día.

- "Alex, cuidado, no sé que te vas a encontrar por allí, pero parece ser que hay un atentado".

Recuerdo que le dije eso antes de irse. Las cifras no cuadraban, a las 8,30 de la mañana se hablaba de varios atentados pero de solo un muerto. Pero por otra parte salía un tío de Cruz Roja en la radio reclamando con muchísima urgencia donación de sangre por parte de los cuidadanos. Chapeau para los madrileños y para el resto de personas de otras muchas ciudades que se prestaron a donar sangre.

Lo demás... ya lo sabemos. Sangre, más sangre, lágrimas por todos lados, móviles sonando, móviles que no se cogían, destrucción, caos, impotencia, cara de sorpresa, de desesperación.

Todo el mundo llamando a sus familiares o amigos en Madrid, todo el mundo llamandose entre sí e informandose de lo sucedido. Radios, televisiones. ¿Y qué dirán en la TV5 francesa? ¿Y cómo lo cuenta la CNN?

Declaraciones de políticos por allí, acusaciones a ETA por allá, polémica de un lado y de otro, comienzo de indicios, de pruebas, de sospechas. Manifestaciones, reacciones, y lágrimas, muchas más lágrimas.

Tristeza, desolación, desesperanza. Ese día Madrid lloró, ese día lloró el mundo. Y al día siguiente. Y cada mes se me seguirán saltando las lágrimas viendo cualquier muerte injusta o cruel. Y cada día 11 pensaré en ese golpe de Pinochet que tanto daño hizo en Chile, en esas personas tirandose al vacío en las Torres Gemelas y más recientemente, en ese puñetazo que recibimos todos poco antes de las 8 de la mañana de ese 11 de Marzo. Y volveré a llorar, y volveremos a llorar.

Seis meses ya. Las injusticias no han acabado, sino que el mundo está aún peor. Los muertos no se recuerdan mientra políticos de cristal de horrenda corbata discuten y discuten echandose las culpas los unos a los otros. Ese día no hubo pañuelos para tantas lágrimas, hoy no hay lágrimas para tanto pañuelo. Triste mundo.

Descansen en paz las víctimas del odio, de la intolerancia y del fundamentalismo de hojalata. Vivan siempre en la memoria aquellos que cometieron el horrible "pecado" de montarse en un simple tren para ir a trabajar o estudiar.

Yo me bajo en Atocha, yo me bajo en Madrid".

No te vayas para siempre

No te vayas para siempre Nos acostumbramos a las personas, a los gestos, a tener siempre esa voz al otro lado del teléfono, a encontrar ese abrazo tras 510 kms, a no necesitar pagar un psicólogo.
Me acostumbro a él, a sus ojos claros, a su mirada profunda y a esa sonrisa que siempre me llamó, aquella que similar a la de Alejandro Sanz, me conquistó desde el primer día, inolvidable día que finalizó con un paseo por Colón.
Me he acostumbrado a sus palabras, a nuestras discusiones sobre política, a querernos, a no entender por qué a mí me apasiona el fútbol y él lo odia, a discutir sobre nuestros padres y esa imagen distorsionada que querrían de cada uno de nosotros.
Se me va, huye, abandona, escapa de Granada en pocos días y parece que hasta ahora mismo no me había dado cuenta. Siempre ha estado ahí, siempre, cuando más le he necesitado e incluso cuando no le he llamado. Es mi amigo, perdón, es MI AMIGO, es alguien que no entró de un modo sencillo en mi vida, pero que ahora me ha hecho acostumbrarme a él de tal modo que no entiendo que también él, como hace poco tiempo mi hermano, se vaya a Inglaterra sin rumbo fijo y sin vuelta prevista .
La distancia siempre ha marcado nuestra relación, y creo que salvo imprevisto que ojalá sucediera, siempre la marcará, pero me gustaba más tenerle en Granada.
M. sabe que le quiero, sabe que es alguien imprescindible, hemos ido aprendiendo a querernos y respetarnos tal y como somos. La vida no ha sido fácil para él, es demasiado bohemio quizás para la vida cotidiana, tiene una visión demasiado idealista de los sentimientos, en este mundo tan lleno de insensibilidad. Es un artista, es EL ARTISTA, y sólo espero algún día regalarle su sueño, porque si estuviera en mis manos ya se lo habría dado hace tiempo: el cine eres tú Marcos. Te quiero.

4 de julio

4 de julio El 4 de julio los estadounidenses celebran el Día de la Independencia. Pues vale, pues me alegro, que lo pasen bien.
El 4 de julio mi madre cumple años... y diréis vosotros: pues vale, pues me alegro, pues que lo pase bien.
Eso mismo digo yo, eso y mil cosas más podría decir de mi madre.
Que la quiero, que deseo que se lo pase de maravilla, que no dejo de pensar en ella, que me encanta escucharla tan feliz.
Que es una pena no estar a su lado, pero al mismo tiempo la lejanía de mi madre y de mi hermano me hace comprender que son las personas que nunca me fallarán. ¿Que paradoja verdad?
El caso es que me la imagino en la playita, en esa playa en la que tantas veces hemos compartido todo la familia entera, los cuatro y alguna más que siempre venía, y sé que no dejará de recordar hoy cientos de instantes, pero sólo espero que lo haga con una sonrisa.
Que piense en mi padre, en su marido, dando saltos entre las piedras de Las Rotas, escondiéndose en las cuevas y sonriendo como un niño, que se acuerde de todos nosotros felices entonces, y buscando la felicidad ahora de otra manera, cuando la vida se ha convertido en algo un poquito más difícil y día a día queremos volver a la vida cotidiana con una silla vacía.
Feliz cumpleaños mamá, gracias por todo, gracias por ponernos a mi hermano y a mí las cosas tan fáciles en estos últimos tiempos.
Sólo por eso no puede haber existido madre mejor en el mundo (bueno sí, la vuestra para cada uno de vosotros). Te quiero mami!!!

La vuelta al mundo en 80 días

La vuelta al mundo en 80 días Hay quien quizás no lo entienda jamás, quien verá en esto una locura, quien piense que es absurdo, además de imposible.
Y a mí me da igual, lo importante es sentirlo y que lo comprenda quien tiene que hacerlo.
En 80 días, sólo 80 días, he dado la vuelta al mundo.
Te quiero.

El agua y el sol

El agua y el sol No quiero bañarme en la piscina, no quiero tomar el sol, no necesito el agua, no necesito el calor, si sé que al final del día estarás tú.

Aún no tengo sueño

Aún no tengo sueño Cuando era pequeña dormía en la misma habitación que mi hermano. A menudo en esa época me asaltaban los miedos, las dudas, temores infantiles: la muerte, la soledad, los deberes, el rechazo. Entonces mi hermano siempre me decía lo mismo: "para dormir dame la mano y piensa en aquellas cosas que te gustan. Sueña despierta". Y eso hacía, cerraba los ojos, le daba la mano, para no sentirme sola, y empezaba a pensar en viajes, en lugares bonitos, en cosas divertidas. Y así, con una sonrisa en la boca cada noche el sueño llegaba y me invadía esa paz de la ensoñación infantil.
Hoy en día cuando me cuesta dormir no tengo la mano de mi hermano, sin embargo me sigue quedando el recuerdo de esas palabras. Cierro los ojos con fuerza y vuelvo a pensar en viajes, fundamentalmente pienso en viajes. Lo curioso es que casi siempre no le ponía compañía a esos viajes. Me debía ir sola, vaya, porque no recuerdo que apareciera nadie en mi recorrido por el mundo. Desde hace poco tiempo viajo acompañada, sí, él me acompaña a todos lados, me da la mano, me besa, me abraza, y caigo en un sueño profundo que se extiende... porque sigo soñando, ahora dormida, con ese viaje, con todos esos viajes, con todos esos planes que tenemos, que compartimos.
Hoy me he acordado de esas palabras de mi hermano, y he pensado al mismo tiempo en D.: "llevo varios meses soñando despierta, soñando acompañada".
Este te lo dedico a ti, este tiene tu nombre, este es nuestro sueño, sigamos soñando siempre por favor, no dejes de darme la mano cada noche.

Te amaré

Va por ti, Silvio pone la letra, la música, el alma, yo sólo suscribo cada palabra.

Te amaré, te amaré como al mundo
Te amaré aunque tenga final

Te amaré, te amaré en lo profundo
Te amaré como tengo que amar

Te amaré, te amaré como pueda
Te amaré aunque no sea la paz

Te amaré, te amaré lo que queda
Te amaré cuando acabe de amar

Te amaré, te amaré si estoy muerto
Te amaré el día siguiente además

Te amaré, te amaré como siento
Te amaré con adiós, con jamás

Te amaré, te amaré junto al viento
Te amaré como único ser

Te amaré hasta el fin de los tiempos
Te amaré y después, te amaré

Si tú me olvidas. Pablo Neruda

Para R., gracias por enseñarme esta joya. Te quiero.

"Quiero que sepas una cosa.
Tu sabes como es esto: si miro la luna de cristal,
la rama roja del lento otoño en mi ventana,
si te toco junto al fuego la implacable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña.
Todo me lleva a ti, como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales, fueran de pequeños barcos
que navegan hacia las islas tuyas que me aguardan.

Ahora bien, si poco a poco dejas de quererme,
dejare de quererte poco a poco.
Si de pronto me olvidas no me busques que ya te habre olvidado.
Si consideras largo y loco el viento de banderas que pasa por mi vida
y te decides a dejarme a la orilla del corazon en que tengo raices,
piensa que en ese dia, a esa hora levantare los brazos y saldran mis raices
a buscar otra tierra.

Pero si cada dia cada hora sientes que a mi estas destinada
con dulzura implacable.
Si cada dia sube una flor a tus labios a buscarme, ay amore mio,
ay mia, en ti todo ese fuego se repite, en mi nada se apaga ni se olvida,
mi amore se nutre de tua amor, amada, y mientras vivas estara
en tus brazos sin salir de los mios".

Huellas en la bajamar

Huellas en la bajamar Escucho esta canción, hablo con C. y le dedico esta canción, una de esas que me traen tantos y tan variados recuerdos que sé que siempre será de mis favoritas.
Niña, cuídate mucho, y ya sabes, confía: pronto nos vemos. Te quiero mucho.

"Ya te has cansado de reir
Termino tu cigarrillo y lo tienes que pisar
Para apagarlo bien
No quiero que hablemos más
Nuestro amor se ha consumido
Sólo queda una ceniza
Que al soplar se mezclará con el viento
Y llorará en el firmamento
Y las estrellas a su paso se marcharán
Se han borrado nuestras huellas en la bajamar

Hoy no se puede respirar
El otoño seco y frio
Y tu con quien estarás
No lo sé y que más da
Ya no hay luna llena
Todo ha desaparecido
El jazmín que se enredó en tus cabellos
Se lo habrá llevado el viento
Hacia adentro, hacia adentro
Y en el cielo una nube se formará
Se han borrado nuestras huellas en la bajamar

Yo quiero estar contigo una vez más
Tengo miedo y frio en la bajamar
Ya se hace de noche y tu no estas
Y te llamo a gritos en el mar
Y una ola viene en tu lugar
Y sólo la luna llena
Me ve llorar"

No voy a olvidar

No voy a olvidar "Yo me bajo en Atocha, yo me quedo en Madrid"
Han pasado 12 días y para muchos, para aquellos que enseguida politizaron y llevaron el tema para su zona, las 202 víctimas están olvidadas.
Sabíamos que eso pasaría, por eso mismo yo no pienso olvidar, porque a mi ciudad, al lugar en el que siempre quise y querré estar, le cuesta respirar normalmente. Porque a todos nos arrancaron de cuajo mucha ilusión, tantos sueños.
No quiero olvidar, no voy a olvidar porque cada víctima era una historia, un pasado, una ilusión, una esperanza, cada víctima tenía una familia, amigos, alguien que cada día desde entonces no habrá parado de llorar y que jamás dejará de hacerlo por dentro. Porque si hay quien ha sacado tajada de esto no podrá dormir con la conciencia limpia, o quizás sí, eso es lo peor.
Pero yo no voy a olvidar, ni ahora ni nunca, yo recordaré cada día, porque la tragedia es mayor de lo que se piensa...

Risoterapia

Risoterapia Llevaba días sin escribir, no ha pasado nada muy especial que me animara a ponerme delante de la pantalla. O bueno, más bien al contrario, ha pasado algo, pero es triste, es malo, me cabrea y he preferido no pronunciarme.
Sin embargo hoy es un gran día, es el cumpleaños de E., gran amiga, persona que puede provocarte las mejores risas, de verdad. Cada día con ella es una terapia de risa y hoy en día: qué cosas hay mejores que reir y reir sin parar? Pocas, la verdad es que se me ocurren pocas cosas que merezcan más la pena. En fin, que por eso quería aprovechar este sitio para felicitarla, aunque ya lo he hecho de todas las maneras posibles, para pedirle que intente no cambiar nunca y para desearle que por fin consiga hacer realidad todo lo que sueña, que es poco, es sencillo, pero depende de otra persona por desgracia.
Y en menos de dos horas, el cumpleaños de otra de las grandes... vaya racha, estas Piscis, qué buena gente!

Nada

Nada Hoy tampoco escribo yo, dejo que sean otros los que llenen este espacio en días en los que la inspiración o algo similar se ha ido de paseo. Me llama una amiga y me recomienda leer este artículo de opinión, escrito por el hijo de Carmen Laforet, la escritora que falleció la pasada semana, autora de "Nada", un libro que me marcó y que, en mi tremenda manía de tener una memoria selectiva, sin embargo no recuerdo. Lo he leído M.M., lo he leído y tenías razón, a la Lady esto le iba a gustar, jaja. Gracias.
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ALGO SOBRE MI MADRE por AGUSTÍN CEREZALES LAFORET. Escritor

Me piden, madre, que escriba algo sobre ti. Todavía no sé si debo hacerlo. Escribir ahora de ti es escribir sobre tu muerte, con el frío, todavía en los labios, del mármol fugitivo. No pensaba, no, escribir hoy de ti. Vagamente sentía el anhelo de, algún día, reunir en palabras lo que nos ha pasado. Esperaba poder esperar, dejar que el río de la tristeza fuera colmando el ancho vaso del vacío, hasta desbordarlo. Y sin embargo, aquí estoy, dispuesto a contar, a decir algo de lo que sé o creo saber de ti, a quien quiera oírlo. Has muerto, y tu muerte es la nieve. No duele. Es silencio. Es dulce y bella. Has muerto, y esa muerte tuya se me hace mía. Soy carne de tu carne. Muero contigo. Dejo yo también de ser, de estar aquí. Se desvanece el miedo, se apacigua el deseo. Tu mano ya no está en mi mano, el olor de tu piel ya no acaricia el aire, tus bromas tan sutiles ya no fruncen tu ceño tan severo, somos árbol y piedra escondidos en el bosque.

Queridos amigos: estaba hablando con mi madre, pero es a vosotros a quienes debo hablar. Ella se ha ido. Vosotros estáis aquí, algunos, y otros os fuisteis también. No voy a nombraros. Todos nos conocemos. Y si no nos conocemos aún, nos conoceremos algún día. Todos somos hijos de una madre, de un padre, los conozcamos o no. Mi madre tenía un nombre, Carmen, y una firma, Carmen Laforet, y un apellido más, Díaz, de origen toledano... Hablar de mi madre es hablar de la vuestra. No hay en la tierra cosa tan dulce, tan real, así sea imaginada. Pienso en los huérfanos niños, en la soledad de tantos como no han podido besar a su madre, estrecharla, reír y hasta reñir con ella. Sí, es en los huérfanos incesantes del mundo en quien pienso, ahora, desde mi recién estrenada orfandad. Llamo a vuestra puerta, pido vuestro abrazo, seáis quienes seáis. Y si queréis, dejad que mi madre sea también la vuestra. No la quiero para mí solo. No es sólo mía, mi madre, ni sólo de mis hermanos de cuna. Es cierto que ha muerto, que nos ha dicho adiós en la más estricta intimidad, como rezan las crónicas. Pero esto no es sino una forma de pertenecer a todos, de morir como todos -pienso- quisiéramos hacerlo.

Nuestra madre era escritora. Dejó de escribir hace años. Luego, paulatinamente, dejó también de hablar. De ningún modo, sin embargo, dejó por ello de ser escritora, de ser quien era, ni siquiera de decir. Al contrario: cuanto menos hablaba, más decía. Quizá deba pedir disculpas aquí. Parece que el silencio de Carmen Laforet tiene vocación de mito, de piedra miliar en torno a la cual especular distancias. Se ha hablado de Alzheimer, de demencia senil, de autismo. Estos términos médicos puede que no sean improcedentes, pero son sin duda insuficientes. No son improcedentes porque, cuando no hay términos propios, cualquiera sirve para salir del paso. Pero son insuficientes porque de ninguna manera rinden cuenta cabal de la situación que hemos vivido sus deudos -hijos, amigos, ángeles cuidadores- en estos años. Es mi deber tratar de expresar con palabras la realidad, por mucho que la realidad no admita fáciles parangones. De ahí el deseo de pedir disculpas, por no haber sabido satisfacer la curiosidad, el legítimo y afectuoso interés de tantos como han acudido a nosotros. Aunque siempre es mejor callar, pienso, que hablar en vano. En cualquier caso, la realidad es ésta: nadie ha visto en Carmen Laforet, en estos cinco, diez, quince años de su largo adiós, un solo gesto desacompasado, una sola respuesta incoherente, una fealdad, mezquindad, inconsecuencia cualquiera. Menos aún en estos días últimos, durante los cuales estar a su lado era estar muy cerca del paraíso. Dolores, llagas, extenuación; ni un solo ay, ni una sola queja. Pocos gestos, sí, pero todos plenamente suyos. A quienes han estado más cerca de ella no les ha cabido duda, en ningún momento, fueran cuales fueran sus facultades en ejercicio, de que era perfectamente consciente, de que percibía con total lucidez y tranquila simpatía, desde su establecida distancia, cuanto la rodeaba.

Sé muy bien que esto que digo parecerá inverosímil a más de uno. No importa. Yo abro un libro de mi madre, leo una frase cualquiera, y al instante me maravillo y emociono. Y como yo, otros muchos. Hay en su prosa algo intrínseco, limpio y poderoso, que no se desmiente nunca, que informa toda su obra, desde su primera novela hasta su último artículo, pasando por todos sus cuentos -a mí, sus cuentos, es de lo que más me gusta- y también por sus cartas, su escritura personal. En esto vida y obra, por mucho que hayan luchado, se funden en una sola continuidad, una misma y constante elegancia, pureza y poesía. Cuando los hermanos nos reunimos para decidir qué hacíamos con sus papeles inéditos, hoy póstumos, comprendimos que algún día habría que publicarlos, que ni eran sólo nuestros ni debían ser destruidos. Obtuvimos su aprobación, y decidimos no esperar más, entre otras razones porque queríamos que ella también disfrutara, en la medida de lo posible, de esa alegría. De ahí el anuncio, que ha venido a coincidir casi con su adiós, de la próxima aparición de «Al volver la esquina». En esa novela, por cierto, aparece la Sole, un personaje que con otro nombre y circunstancia está también en algún cuento, y que acaso sea el más entrañable de los suyos. La Sole es la niña huérfana. No es mi madre, ni su trasunto, aunque mamá también fue huérfana desde la niñez, pero sí es el vaso, el relicario donde puso toda la ternura, el amor y la solidaridad que le inspiraban, que le inspirábamos los desamparados.

Sí, a alguno le parecerá inverosímil que toda una vida, a despecho de las apariencias, obedezca a un solo anhelo: que toda una obra, dígase completa o incompleta, vuele a una misma altura. Menos mal: si nadie dudara, seríamos todos sospechosos. Pero yo no dudo: esta madre que se nos ha ido, esta señora tan respetuosa y tan bromista, tan desprendida y tan inexpugnable, tan encendida, serena, inalcanzablemente suya, fue dueña de sí desde el principio hasta el final. Por eso mismo quisiera dárosla, como si no fuera vuestra de antemano, como si no te hubieras dado toda tú ya, madre, como se da el sol, el esplendor radiante de los campos vírgenes y también el de las habitaciones humanas, con sus estropicios y desconchados, con su cúmulo de miserias incluso, que nunca será bastante para apagar el ascua encendida. Sé que es una idea un poco extravagante, ésta de dar una madre a los huérfanos. Quizá te haga sonreír. Pero tú misma enseñas, invitas a dar, y ahora mismo eres todo lo que tengo, y quiero darlo, para que nuestros amigos sepan también que morir no es siempre sólo eso, que morir, a veces, es haber vivido.

"Y no te pido más que estés a mi lado...

"Y no te pido más que estés a mi lado... que me quieras loca porque tú estás loco".
Vengo feliz, feliz porque he vuelto a compartir risas con tres personas que me hacen tan tan feliz. Dani, Ana y Esther... parece mentira pero no recuerdo aún ningún día que estando juntos no hayamos reído con ganas. No sé qué será, puedo decir que el alcohol no suele ser y las "sustancias psicotrópicas" tampoco (excepto en alguna ocasión, jaja, verdad Anita?), es algo, es lo que nos une, es felicidad, es exceso, es risa tras risa, es cariño, comprensión, amor del real, jaja, de ese que une a las grandes personas, porque eso son ellos, bueno, ellos y Elenita, que la tenemos en Egipto, disfrutando de un viaje en el que en cierto modo todas nos sentimos.
Necesitaba escribirlo, no hay mucho más que decir. Que os quiero mucho, que sois tan importantes en mi vida que me asusta, jaja, y que sé que todo lo que nos queda por vivir va a ser un regalo, con sus momentos buenos, malos, mejores, peores, aburridos o no... pero es un regalo compartirlo con gente tan tan auténtica. Os quiero, son dos palabras pero no dicen nada... aunque salgan de dentro, porque os merecéis mucho más.